jueves, 12 de marzo de 2009

Patrón de abuso de palabras (Original 21-1-2009)

Te miro cada día, cuando el monitor se ilumina, para creerme que estás ahí, que es verdad. Que lo que llevo pensando durante todo el día no es un sueño o una quimera barata, sino una realidad construida letra a letra. Tecla a tecla.

Abro y cierro cien veces el documento. Podría cambiar esta palabra, ahora. Podría iniciar otro párrafo. O tal vez leer el primero. Podría hacerlo. Podría. Es sólo que... eres tan importante... Tan jodidamente importante que no me atrevo a tocarte para no cometer un error. Pienso que tu cabecita se irá hacia un lado si te toqueteo demasiado, o te harás daño si te resbalas en la bañera esta tarde.

Me siento ante mi dosis. La contemplo de nuevo. Y el tono... ¿Dónde está hoy el tono? Tal vez está canción me ayude a recuperarte. Si te envío rosas rojas me llamarás ñoña y entonces acabaremos discutiendo, así que prefiero reencontrarte en la música. Observo mi dosis. Está pulida, no hay peligro. Y la música penetra en mis oídos, y me invita a volar, y me hace subir. Aunque sepa que después vaya a caer.

Golpeo el teclado. Inspiro con fuerza. Esnifo, una a una, todas las sensaciones que pretendo describir, para dejar que se cuezan en mi cerebro. Para matar las neuronas que me quedan y llenarlas de pasión. Inhalo la fragancia que despide tu pelo. Y te tengo, logré tenerte entonces y te tengo ahora. Tengo tus gafas de sol, tu chaqueta de cuero, tu cuerpo fibroso. Tengo tus alas negras y tus ojos de lo perdido.

Me inyecto en la vena todo lo que escribo. Frases que se acumulan y colapsan la jeringuilla. Te necesito cerca. Porque no puedo vivir sin ti. Porque no quiero hacerlo. Porque me molestaría muchísimo tener que aprender a vivir así de nuevo. Y ella está triste, pero sé que si sigo fumando alcanzaremos juntas la felicidad. Y tengo también su aroma, la tentación del diablo. La nuestra. La suya. Lo vamos a lograr, ¿verdad?

Me dejas exhausta, pero necesito más. Un poco de voluptuosidad en la lengua. Eso me parece bien. Así que me dejo arrastrar de nuevo, y las cien veces que me pongo en pie vuelvo a dejarme vencer. No puedo parar. No puedo parar. Sólo un renglón más, un párrafo, una escena. Cuenta caracteres, ¿cuántos llevas? ¿Cuántos has escrito hoy? Cuidado con la sobredosis, te acecha con sus ojos azabache en la penumbra.

Te dan las tantas y no quieres que se acabe. Tus ojos inyectados en sangre gritan por más, y lo mejor que puedes hacer es dárselo, porque, si no, lo único que harás será dar vueltas en el vacío de las sábanas. Sigue mi consejo. Haz lo que te pidan tus ojos. Mañana será otro día, bien. Pero tendré que esperar tanto hasta volver a ti... Hasta que vuelvas a despertarme del letargo y pueda mascar con fruición tu esencia.

Y, cuando amanezca, tendré que hacer mil cosas antes de encontrarme de nuevo con tu vicio. Salir, entrar, sentarme y volver a ponerme en pie. Tendré que hablar, pero también que guardar silencio. Ver cómo pasa el día entre clases, chismorreos, una chocolatina, aburrimientos, música a todo volumen y pensamientos. Apuntes, silencios y sentimientos. Comidas, palabras (aunque no de las que me gustaría) y vuelta a empezar. La maldición de febrero está ahí, y yo me pregunto cómo puedo estudiarme diez temas sobre conductas adictivas para el día 12, si a lo único que estoy enganchada es a vosotras, mis preciosas palabras.

4 comentarios:

Érika Gael dijo...

Autor: Nieves Hidalgo

Érika, un millón de gracias por dejarme tus plabras de cariño y felcitación.
Un abrazo muy grande y no te desenganches nunca de tus preciosas palabras. Algún día vendré a felicitarte yo por lo que habrás logrado con ellas.
Fecha: 21/01/2009 11:20.

Érika Gael dijo...

Autor: Pilar Cabero

Cómo te comprendo, cariño.
Besitos.
Fecha: 21/01/2009 13:26.

Érika Gael dijo...

Autor: Mara

Yo para evitar dar un empujón que no tengo claro si pondrá o no en marcha la maquinaria prefiero ir engrasándola y poniéndola a punto cada día, esto tampoco garantiza que se ponga en marcha pero el fracaso no se une al sentimiento de culpa por no haber hecho nada, solo se une al sentimiento de culpa de llevar meses sin escribir y por desgracia sin leer, así que no te preocupes todos los que estudiamos lo comprendemos, te mandamos ánimo y te deseamos suerte.

Fecha: 23/01/2009 18:20.

Érika Gael dijo...

Autor: Érika

Qué haría yo sin vosotras tres y vuestros ánimos... ;)

Un beso enorme y muchas gracias una vez más.
Fecha: 25/01/2009 13:00.