viernes, 6 de marzo de 2009

No sueltes el teclado (Original: "No sueltes el teclado", 29-06-2008)










Érika, pase lo que pase, NO SUELTES EL TECLADO. O el boli. O el lápiz de IKEA que llevas en cada bolso, porque nunca se sabe dónde puede estar aguardándote la musa...


¿Cuántas crisis existencia-literarias has tenido a lo largo de tu vida? ¿Diez? ¿Veinte? ¿Un millón?


¿Cuántas veces has afirmado con rotundidad ("y-que-nadie-se-atreva-a-llevarme-la-contraria-porque-yo-sé-lo-que-hay") que no servías para esto, aunque cada sentencia fuera como una condena a muerte para ti? ¿Treinta mil? ¿Setecientas mil? ¿Un millón?


¿Cuántas veces la vergüenza y el miedo te sobrepasaron, impidiéndote incluso releer cosas que tú misma habías escrito (y ya no digamos que las leyeran los demás...)? ¿Noventa mil? ¿Quinientas mil? ¿Un millón?


¿Cuántas veces el pánico acabó tempranamente con aquellos proyectos en los que habías volcado todo tu espíritu, toda tu fuerza, toda tu alma? ¿Veinticinco? ¿Noventa? ¿Un millón?


¿En cuántas ocasiones te has despertado con el nudo de la frustración ahogándote en el pecho? ¿Cien? ¿Doscientas? ¿Un millón?


¿Cuántas críticas negativas te hicieron caer, más y más abajo, de cabeza y sin colchón? ¿Quince? ¿Treinta? ¿Un millón?


¿Cuántas críticas positivas, en cambio, no sirvieron para nada, no fueron suficiente para ti y te dejaron igual de desmadejada que el más hiriente de los golpes? ¿Cuarenta? ¿Sesenta? ¿Un millón?


¿Cuántas fueron las veces que estuviste a punto de dar el paso y, finalmente, nunca lo diste? ¿Doscientas? ¿Mil? ¿Un millón?

Por todos esos millones (de crisis, de autoflagelaciones, de momentos de pánico, de frustraciones vividas, de críticas sentidas, de decisiones nunca tomadas) hoy te digo, no, TE EXIJO, que pase lo que pase, NUNCA VUELVAS A SOLTAR EL TECLADO, ni el boli, ni los lápices IKEA. Aunque tengas que aferrarte a la rabia con la que golpeas cada tecla para poder seguir escribiendo. Antes de que tu propia corriente nos arrastre a todos.

1 comentario:

annie Fischer dijo...

Llegaste directo a mi alma. Gracias