viernes, 6 de marzo de 2009

Mente-cata (Original 5-07-2008)

Realmente he terminado por darme perfectamente cuenta que la que escribe es, en su propia opinión personal, una verdaderamente fanática de la utilización de los adverbios que acaban en -mente, las formas verbales compuestas, pretéritas y pasivas, y las yuxtaposiciones y subordinaciones varias.

La que escribe, por tanto, está completamente de acuerdo en lo cargantemente, pedantemente y arcaicamente que resulta su estilo literario cuando no se preocupa de cuidarlo como éste realmente se merece, un horriblemente adquirido vicio en mi otra profesión, la de estudiante universitaria veinte horas al día, y profusamente practicada. Como les sucede a los buenos cantantes, que se ven obligados a emplear frecuentemente técnicas no del todo ortodoxas cuando les contratan en alguna orquesta de pueblo, y eso acaba por perjudicar seriamente sus cualidades vocales e interpretativas, fuertemente arraigadas, podría decirse igualmente que, a una servidora, el hecho de verse forzosamente obligada a desarrollar extensamente ideas someramente expuestas, para entonces ser capaz de rellenar el mínimo número de folios exigidos en las diversas entregas, prácticas, trabajos, informes, y demás obligaciones académicas, acaba por afectarle a las neuronas preocupantemente, y éstas deciden, arriesgadamente, optar por tomarse libremente las atribuciones que menos les convienen y, así, incluir todo tipo de adverbios finalizados en -mente, formas y giros verbales rozando el límite de lo incorrectamente escrito y, por último, oraciones imposibles de leer solamente en una inspiración y que, eso sí, estéticamente quedan realmente preciosas sobre el papel cuando la abajo firmante puede comprobar que, de una miserablemente corta anotación mental, tiene la competencia lingüística suficientemente desarrollada como para dar lugar a una extensamente profusión de renglones y párrafos que, seguramente, le ayudarán a proporcionarle una alta nota en la asignatura de rigor.



En otras palabras: mi verborrea escolar es perjudicial para mi salud literaria. Soy capaz de escribir con sólidez y depuración si me lo propongo, pero en cuanto me descuido un poco... ¡ZAS! Ataca el subconsciente y ahí hay un nuevo adverbio de más, un montón de comas sin sentido o una forma verbal de cuatro palabras que se podrían resumir en una. Así que, ¡a practicar, Érika! Espero haber soltado los mentes suficientes en este texto como para que se me pase el síndrome de abstinencia por una buena temporada...

3 comentarios:

Érika Gael dijo...

Autor: Bego

Yo, mucho más austera para todo, diría simple-mente, que te enrollas como las persianas. Estética-mente bastante más vulgar pero cierto y escueto, no? Bueno, ya sabes, sigue practicando si crees que es necesario. Aunque a esta lectora le gusta que te enrolles y te va a seguir leyendo por muchos giros y tirabuzones que "mentas".
Fecha: 09/07/2008 16:28.

Érika Gael dijo...

Autor: Bego

Estoy harta de que este blog tuyo me pregunte una y otra vez cuánto son 2 y 2. Venga, hala! allá voy otra vez.
Fecha: 09/07/2008 16:29.

Érika Gael dijo...

Autor: Érika

Jajaja, debe de ser para comprobar si las personas que se pasan por aquí tienen suficiente intelecto como para entender las paranoias que pongo, jajaja.

Gracias, Oña, un placer leer comentarios tuyos y que me dés ánimos, como siempre, jeje.

Me voy corriendo que no llego al Alsa. Yo como siempre, jugándome la vida y la puntualidad, si estuviera aquí tu madre ya llevaría en la estación desde la hora de comer, jajaja.
Fecha: 10/07/2008 22:09.