jueves, 12 de marzo de 2009

Arde el cielo (Original 9-1-2009)


A alguien en el inframundo no le deben de parecer suficientes todas las veces que he caído ya en la tentación.


Por si no hubiera tenido bastante con Cazadores Oscuros, Cazadores de Sueños, Weres, Daimons, Hermanos de la Daga Negra y Carpatianos, lo he vuelto a hacer. Me he vuelto a enganchar. Ahora les llega el turno a una nueva familia de vampiros, los Darkyn, nacidos de la pluma de Lynn Viehl.


Y, en realidad, no sé por qué. Sólo he leído el primer libro de la serie, Arde el cielo, y los demás, aunque comprados sus derechos (creo) por Talismán, no tienen intención de ver la luz en un futuro próximo en España. Además de ese grave inconveniente, el final de la novela fue tan abrupto y aséptico que me dieron ganas de tirarla a la chimenea (si la tuviera). Las tramas secundarias son densas y agotadoras, más cuando los antecedentes no quedan del todo claros. La acción principal tampoco se salva de la quema: unas veces encandila, pero otras... aburre. Hay conflictos que quedan sin resolver y personajes (muchos) que sobran desde el principio.


Pero este libro tiene tres cosas no buenas, sino maravillosas, y por eso me declaro fan acérrima de esta serie mediocre a la que nunca podré poner punto y final:


1.- Una de las mejores protagonistas femeninas que me he encontrado en Romántica Paranormal. Alexandra es la neófita que tanto tiempo llevaba buscando: tiene un par de ovarios, un par de tetas y un par de colmillos, por ese orden, que no te van a dejar indiferente si la conoces. Por no hablar de su lengua, más afilada aún que los incisivos a los que protege.


2.- El tono tiene una sordidez y lugubriedad tales que lo único que puedes hacer ante ellos es rendirte a su belleza. Es un libro oscuro, de principio a fin, y no toda la penumbra se la llevan los que no ven la luz del día. Ése es uno de los grandes puntos a su favor. Es polémico, irreverente y sucio, pero cuando haces balance, te das cuenta de que en ningún momento escandaliza, falta al respeto o hiere. Me quito el sombrero ante la depravación casi poética.


3.- Probablemente, sean los vampiros mejor construidos desde los tiempos de Anne Rice (hay una influencia clara y se nota). En mi opinión, incluso, superan a la maestra: no hay ataúdes, ajos ni los manierismos afeminados de Drácula, Lestat y compañía. Pero muerden. Excitan. Tientan. Ríen. Y me encantan.

2 comentarios:

Érika Gael dijo...

Autor: Mara

uau!! q interesante libro Kaia!! no habia oido hablar de el pero otra mas que añado a mi ya larga lista!!!

muchos besos preciosa y cuidate!! ^^
Fecha: 10/01/2009 21:21.

Érika Gael dijo...

Autor: Érika

Hola, Mara! Hacía tiempo q no sabía de ti, qué tal va todo?

Pues como verás, a mí el libro no me gustó mucho, pero me alegra haberlo leído. No es de esos que prefieres olvidar y sepultar en el fondo del armario, jejeje.

Cuando quieras (si te apetece), tengo mi novela completa lista para que me des tu opinión ;).

Un beso, guapa!
Fecha: 20/01/2009 16:43.