Llegó. El día F. Llegaron los nervios, los temblores, las expectativas, la curiosidad, la alegría, las dudas, el vértigo, la satisfacción, el alivio, los mareos, el orgullo, la incertidumbre. Llegaron todas ellas, aunque sería injusto decir que no me han acompañado nunca en todo el tiempo transcurrido desde que Faery se convirtió en un producto terminado, pues ya entonces estuvieron ahí. Y mucho antes, incluso, cuando apenas era un embrión invisible y vulnerable de lo que algún día (hoy) llegaría a ser.
No es fácil escribir hoy algo coherente que, además, pueda resultaros interesante. Ésta es, con mucho, la actualización más difícil en los casi dos años de sueños y tecleos de Érika. Lo único que tengo claro es que la protagonista, a partir de mañana, no seré yo: un hada con el pelo fluorescente, un Pepito Grillo con tendencia a engordar, un dios con un tatuaje en su cadera, un rey en zapatillas y unos pueblerinos enganchados a la taberna me robarán el posible protagonismo que yo, su creadora material, no merezco por mérito propio. Tan sólo me limité a escuchar sus gritos y les cedí los focos de mi paciencia y mi atención.
Para que os hagáis una idea, hace ya más de dos años que Xesa (cuando ni siquiera tenía nombre) echó a correr por un frondoso bosque cubierto por la niebla, agitando su melena de un rojo rabioso entre la espesura, enredando la suave tela blanca de su túnica con las ramas a la altura del suelo. Hace ya más de dos años que Lugh, que por aquel entonces tampoco era un dios, se mordía el labio inferior con una mezcla de furia y diversión y se lanzaba a perseguirla, golpeándose los hombros con los azotes de sus cabellos castaños y notando cómo la rígida tela del kilt se adhería a sus muslos.
Hace dos años yo era Carla, estudiante de Psicología. Hoy soy Érika Gael, autora publicada. Mi mundo interior dejará de ser mi patio de juegos privado y se convertirá en un parque de atracciones al alcance de todos. Asusta, por supuesto que sí, pero también recompensa.
Tal vez suene a tópico, pero nunca imaginé que esto me sucedería a mí. Lo había soñado docenas de veces, pero nunca creí vivirlo de un modo tan tangible.
En mis sueños, la joven que publicaba libros tenía un rostro, el mío, pero no tenía nombre. Hasta que nació Érika.
En mis sueños, los protagonistas de su primera novela editada no tenían ni voz ni imagen. Hasta que nació Xesa y supo buscarse un dios a su altura.
En mis sueños, sus libros estaban ahí, pero ella no podía verlos. Eran tan sólo un diminuto borrón negro que carecía de importancia. Hasta que llegó Zeta y les imprimió el frescor de una cascada y la sensualidad de una xana.
Muchas veces fantaseé acerca de cómo sería mi futuro en esto de la escritura. Podría haber sido más precoz, o infinitamente más tardío, pero me llegó a los 24. Podría haber tomado unos derroteros diferentes, pero las circunstancias me empujaron del lado romántico. Podría haber ideado unos personajes diferentes, pero…
Mi carrera podría haber sido distinta, pero así es.
Alea jacta est.
A partir de hoy, nada de lo que suceda estará bajo mi control. Desde aquí, ya no puedo hacer nada excepto desearos una grata lectura. Y, si no es el caso, entonces tan sólo ruego que podáis perdonarme.
Nos vemos en las librerías.
No es fácil escribir hoy algo coherente que, además, pueda resultaros interesante. Ésta es, con mucho, la actualización más difícil en los casi dos años de sueños y tecleos de Érika. Lo único que tengo claro es que la protagonista, a partir de mañana, no seré yo: un hada con el pelo fluorescente, un Pepito Grillo con tendencia a engordar, un dios con un tatuaje en su cadera, un rey en zapatillas y unos pueblerinos enganchados a la taberna me robarán el posible protagonismo que yo, su creadora material, no merezco por mérito propio. Tan sólo me limité a escuchar sus gritos y les cedí los focos de mi paciencia y mi atención.
Para que os hagáis una idea, hace ya más de dos años que Xesa (cuando ni siquiera tenía nombre) echó a correr por un frondoso bosque cubierto por la niebla, agitando su melena de un rojo rabioso entre la espesura, enredando la suave tela blanca de su túnica con las ramas a la altura del suelo. Hace ya más de dos años que Lugh, que por aquel entonces tampoco era un dios, se mordía el labio inferior con una mezcla de furia y diversión y se lanzaba a perseguirla, golpeándose los hombros con los azotes de sus cabellos castaños y notando cómo la rígida tela del kilt se adhería a sus muslos.
Hace dos años yo era Carla, estudiante de Psicología. Hoy soy Érika Gael, autora publicada. Mi mundo interior dejará de ser mi patio de juegos privado y se convertirá en un parque de atracciones al alcance de todos. Asusta, por supuesto que sí, pero también recompensa.
Tal vez suene a tópico, pero nunca imaginé que esto me sucedería a mí. Lo había soñado docenas de veces, pero nunca creí vivirlo de un modo tan tangible.
En mis sueños, la joven que publicaba libros tenía un rostro, el mío, pero no tenía nombre. Hasta que nació Érika.
En mis sueños, los protagonistas de su primera novela editada no tenían ni voz ni imagen. Hasta que nació Xesa y supo buscarse un dios a su altura.
En mis sueños, sus libros estaban ahí, pero ella no podía verlos. Eran tan sólo un diminuto borrón negro que carecía de importancia. Hasta que llegó Zeta y les imprimió el frescor de una cascada y la sensualidad de una xana.
Muchas veces fantaseé acerca de cómo sería mi futuro en esto de la escritura. Podría haber sido más precoz, o infinitamente más tardío, pero me llegó a los 24. Podría haber tomado unos derroteros diferentes, pero las circunstancias me empujaron del lado romántico. Podría haber ideado unos personajes diferentes, pero…
Mi carrera podría haber sido distinta, pero así es.
Alea jacta est.
A partir de hoy, nada de lo que suceda estará bajo mi control. Desde aquí, ya no puedo hacer nada excepto desearos una grata lectura. Y, si no es el caso, entonces tan sólo ruego que podáis perdonarme.
Nos vemos en las librerías.
15 comentarios:
Estoy convencida que lo de la grata lectura está más que asegurado, Érika. Te deseo toda la suerte del mundo y espero que Faery llegue a muchísimos corazones, igual que ha sabido llegar al mío.
Un besazo
Por tu suerte, tus deseos, tu mensaje y, sobre todo, por el apoyo que tú y todas las demás me habéis brindado en esta aventura, GRACIAS, VICKY ;).
Un besazo.
Pues yo vi el mensaje anoche, y me contuve de dejar comentario para decirte a estas horas que estaba en casa con tu libro en la mano y tal. Pero he estado buscando el jodío libro desde las 12 y no les había llegado todavía a las librerías (matar, matar, matar, matar - imaginad el muñeco matando gente). Así que supongo que me tendré que esperar hasta mañana. PERO NI UN DÍA MÁS!!!!
Tengo delante de mí 442 páginas por delante para zambullirme en magia.
442 páginas de la mano de Lugh y Xesa.
442 páginas para perderme por los bosques que describes...
A ver quién es el guapo que consigue hacerme volver a la realidad cuando empiece a leer...
Me hace una ilusión tremenda poder palpar el libro, quizá porque he vivido la constante lucha editorial muy de cerca desde hace años, o puede ser por mi propio amor a la literatura, qué sé yo, la cuestión es que hoy más que nunca puedo -y quiero- escribirte un gigante: ENHORABUENA, porque tengo razones materiales para hacerlo... y es fantástico esto de poder comunicártelo personalmente ^_^
*Si, aquí iba el comentario serio, hay que guardar las formas, cierto respeto y admiración ante todo, que escribo en el blog de una autora recién publicada :D
Pues sí, a partir de ahora no serás más que dos palabras en la portada de un libro, pero ¡qué emoción!, ¿no?. Pero sé que con tu generosidad le cederás gustosamente el protagonismo a esa hada pelirroja que no hace más que molestar al resto del mundo.
¡Disfruta!
Espero que todo te vaya muy bien, el libro ya está, ya está en la calle y ahora nos toca a los lectores juzgarlo, pero sé que tienes que estar tranquila porque si podemos leer lo mismo que llevas mostrando en tu blog el trabajo ya está hecho.
En cuanto lo lea subimos reseña a la página :D
Muchos besos y tranquila
A mí es que como hasta los post que pones me llegan al alma, no dudo ni un poquito del éxito que vas a tener.
Disfruta, preciosa, disfruta el momento porque te lo tienes merecido.
Que esta sea la primera de las muchas alegrías que te reporte ru maravillosa escritura, porque no dudo que harás miles de cosas bien, pero escribiendo, hija, eres un as.
Un beso, peque.
Niña, cuando se llega a la meta todas las penurias pasadas, los nervios y los ¿lo conseguiré? quedan olvidados.
Tú has llegado a la meta.
Porque lo mereces.
Ahora, a saborear esta oportunidad y ten por seguro que vendrán otras.
Muchos besos.
seguro que te va genial!!!
Besos!!^^
Tú siempre serás mi niña del pelo rojo.
Me alegro mucho de ver donde has llegado, pero esto sólo es el primer peldaño; llegarás muy lejos.
A ver si voy a la librería a por mi ejemplar, antes de que se los lleven todos.
Besitos
¿Cómo te ha ido el estreno? ¿Te sientes diferente? ^^
Todavía no he recibido tu libro pero me imagino que tardará poco.
Te mando un fuerte abrazo y mis mejores deseos.
Yo lo he conseguido ya!!!! 100 páginas que llevo ya, pero sólo he necesitado unas pocas líneas de Xesa para enamorarme perdidamente de ella. Enamorarme de Lugh me ha llevado todavía menos!!
Un besazo!!!
Lo mismo q le dije a Angeles,te lo digo a ti¡¡¡¡que tengas muxisma suerte!!!
Que si es tan atrapante sus paginas como el corto relato q lei,seguro q no necesitaras nada mas.
Un bs
pd:Muchas gracias por tu seguimiento de mi blog!!!
Kyra, me alegra que al fin lo tengas en tus manos. 100 páginas ya?? Estás imparable ;). Supongo que eso es buena señal.
Alassë, ¿para cuándo esas chapas de Lugh con unos pies de pato? Me alegra que te haya gustado la dedicatoria ;).
Maribel, sí que me siento diferente, pero de una forma positiva. No voy a negar que estoy muy contenta, no me esperaba la acogida tan buena que ha tenido. También estoy ya más tranquila, y eso se nota... jejeje
A las demás, muchas gracias a todas. Sois tantas (y tantos), los que me habéis brindado vuestro apoyo y vuestro entusiasmo estos días que me quedaría corta dijera lo que dijese. Lola, Nieves, Ana, María, Pilar, Megami, Merche... Os agradezco que estéis aquí, al pie del cañón, y os invito a celebrar este pequeño (o enorme, desde mi punto de vista) triunfo conmigo.
Besos a todas!
Absolutamente sin palabras. Encandilada, con la piel sensible y el corazón palpitante. Así me han dejado esos protagonistas que morarán entre mi muchos libros con cariño.
Auguro una pronta relectura porque seguro que no he llegado a exprimirle todo el jugo.
Enhorabuena!!!
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