miércoles, 28 de mayo de 2014

Así transcurrió una tarde memorable...


Llegó cargada de nervios, de preparativos y de expectativas, pero, aunque pasó demasiado deprisa, la tarde del 23 de mayo no defraudó en absoluto. La presentación de "Noche de Tentación" en mi tierra fue un momento especial e irrepetible en mi trayectoria como escritora, igual que fue especial e irrepetible poder compartirla con todos vosotros, tanto con aquellos que acudisteis a darme una sonrisa y un abrazo en persona (me llevé cada uno de ellos como el mejor de los regalos) como con los que deseabais hacerlo y las circunstancias os lo impidieron (estuvisteis presentes en mi corazón y en mi mente, os lo garantizo). 


Sé que unas cuantas fotos, una reseña en un periódico y la fantástica crónica que Ana F. Malory ha tenido la cortesía de elaborar no son equiparables a las sensaciones indescriptibles de estar allí y vivirlo desde mi pellejo; sin embargo, me vais a permitir que todas esas emociones las guarde dentro de mí como un tesoro ;). Al fin y al cabo, ¿qué sería de mí y de mi trabajo sin el cariñoso impulso que me dais? 


A la espera de nuevas vivencias y de volver a compartir un rato así con vosotros una vez más, os dejo con todas estas cositas para que podáis haceros una idea de cómo transcurrió una tarde memorable. ¡Ojalá la disfrutéis tanto como yo cada vez que la recuerdo!



martes, 13 de mayo de 2014

Premios RNR 2013

  Nunca he sido especialmente supersticiosa, pero si alguna duda podía albergar acerca del infortunio asociado a los martes 13, esta misma mañana se me ha borrado de un plumazo. Porque esta misma mañana, nada más poner los pies en el suelo y con los ojos aún pegados, descubrí que Noche de Mardi Gras, mi querida y largamente díscola Noche de Mardi Gras, está nominada a los Premios que El Rincón de la Novela Romántica concede a los mejores títulos del año 2013. Alucinante, ¿verdad? Pues no queda ahí la cosa: mi novela opta al premio no en una, sino en dos categorías! Mejor romance paranormal (sólo hay que ver quiénes son mis "rivales" para que se le pongan a una los pelos como escarpias) y mejor novela romántica autopublicada (rodeada de grandes compañeras de fatigas como Meg Ferrero y Patricia Sutherland :D). Y esto, ¿gracias a quién es? Pues gracias al equipo de RNR, por supuesto, que confió y apostó por esa novela hace un tiempo inmemorial y que ha seguido tendiéndome su apoyo incondicionalmente desde entonces. Pero también gracias a vosotros -lectores, seguidores, reseñadores, autores-, que habéis logrado que Noche de Mardi Gras no sea una más entre el aluvión de novelas románticas que ven la luz cada año y que destaque con brillo propio. ¡Sois increíbles! Llegar hasta aquí supone un triunfo que ha costado cada gota de esfuerzo, pero vosotros lo habéis hecho muchísimo más fácil ;).


  Además, por si esto os parecía poco, aún traigo un par de buenas noticias más, jejeje. La primera, que precisamente Noche de Mardi Gras ha recibido una nueva crítica muy positiva que me llena de ilusión. Hace ya un año y tres meses que esta novela fue lanzada y, a pesar de ello, las lectoras no se olvidan de Carlota y Astaroth. Si os apetece leerla, sólo tenéis que pinchar AQUÍ y bajar hasta la crítica elaborada por Rociodc, a la que agradezco desde aquí sus maravillosos comentarios ;).

  Por otro lado, Noche de Tentación también sigue cosechando estupendas reacciones entre el público y, para muestra, este botón: la reseña realizada por M.C. Sark, de EntreLíneas. Muchas gracias a M.C. y a todo el equipo del blog! Para leerla, pincha AQUÍ.

Y, como ya está bien de emociones fuertes por hoy (no son ni las 10 de la mañana y yo ya no puedo con mi vida, jejeje), me despido de vosotros por una temporada. Una curiosa mezcla entre devoción y obligación me va a tener alejada de pantallas, teclados, Wi-Fi y demás hierbas durante unos días, pero prometo no olvidarme de vosotros y volver pronto con las pilas cargadas. Mil besos!

martes, 6 de mayo de 2014

Tres tipos de días



Parafraseando a mi querido amigo Astaroth y su clasificación de las féminas, yo también creo que existen en nuestra rutina tres tipos de días...

En primer lugar, están los días absolutamente anodinos. Aquellos en los que puedes poner en marcha la lavadora, o no; saludar al cartero, o no; echar una cabezadita delante del televisor, o no. Esas son las fechas del calendario que serás incapaz de recordar después, no importa con cuánta fuerza te lo propongas. A pesar de todo, no hay nada malo en ellos; forman parte de nuestra vida y, como tal, deben ser valorados. No obstante, tampoco hay en ellos nada reseñable. Tan sólo una lenta y mecánica progresión de minutos idéntica a todas las lentas y mecánicas progresiones anteriores.

En segundo lugar, encontramos los días especiales. Toda la colección de: estaba pensando en aquella ocasión en que... ¿Te acuerdas de aquel día que...? Aún recuerdo la vez en la que tú y yo... Esos días marcan la pauta de nuestra existencia; nos proporcionan el contrapunto necesario para que los días anodinos no terminen con nuestra cabeza hundida en el pozo más cercano. Si te detienes a rememorarlos tiempo después es posible que no seas capaz de recordar qué fecha marcaba aquel día el calendario, pero con toda seguridad podrás evocar los aromas que flotaban en el ambiente, aquella melodía que se oía a lo lejos, el vuelco inoportuno de un corazón rebelde o la estrepitosa cadencia de las aguas sobre el rompeolas. 

Y, luego, están los días que no son días, sino bofetadas del destino. Esos que poco importa los años que pasen, porque el número del calendario te va a recordar de forma inexpugnable que nunca serán suficientes para olvidarlos. Por algún sádico y autocompasivo motivo, los seres humanos tendemos a asociar esos días, esas bofetadas, con dramas personales o tragedias ajenas. Sin embargo, yo prefiero borrar las de ese tipo y marcar en mi calendario particular otro tipo de bofetadas del destino. Bofetadas que te demuestran que todo aquello que da sentido a tu vida -historias, tramas, personajes- está ahí fuera, esperando pacientemente a que decidas salir en su busca. Bofetadas que te enseñan que no eres nadie en este alucinante e inmenso universo hecho de grafemas donde hasta lo más insólito ha sido escrito ya. Bofetadas que te recuerdan, si es que aún albergabas dudas al respecto, que tu única y más relevante misión en la vida es tejer con los dedos aquello que otros quieren contarte, y que, a su vez, será el abrigo de un tercero. Y créeme si te digo que no hay salida posible en ese callejón. 

Bofetadas como la que sentí aquella mañana primaveral de 2009, cuando puse un pie de improviso en la ciudad de Carlota, y su canción y la de David empezó a tronar en los altavoces de la estación. 

Bofetadas como la que sentí aquel día de julio de 2013, detenida sin respiración ante un grafitti de París.  

Bofetadas como la que sentí la mañana de este mismo 6 de mayo, y que perdurará para siempre en mis calendarios por convertirse en un tortazo de los apoteósicos. Porque hoy, una vez más, los astros me han enseñado que el camino ya está sentenciado, y que es mi tarea seguir las miguitas de pan que llevan lanzándome desde hace años, siglos, milenios. Porque hoy, una vez más, los hados han vuelto a salirse con la suya, y a mí no me queda más remedio que rendirme a la evidencia.

Porque yo tenía una X, y también tenía una Y, y hoy el destino me ha gritado a la cara que esa X y esa Y llevan 5.900 años condenadas a entenderse. Por si aún me rondaba alguna duda acerca de su idoneidad.

Sé que no lo entendéis. Sé que cuando me pongo mística no hay dios que lo haga. Sé que hoy lo estoy más de lo acostumbrado. Pero os prometo que lo entenderéis llegado el momento. Porque en mi cabeza había un hombre, y también había una mujer, y esta mañana de 6 de mayo el destino me ha escupido su verdad: que uno de esos mitos que a mí tanto me atraen y me dan que pensar ya se había encargado de juntarlos antes que yo. Y que, obviamente, eso los hace todavía más perfectos el uno para el otro. Increíblemente perfectos.

Cómo me gustan las bofetadas del destino. Cuánto me gustan los días como hoy :).