Nací hace
treinta años, diez meses y veintitrés días.
Soy lectora
ferviente y devota desde hace aproximadamente veintiséis años y cinco meses.
Comencé a
garabatear mis primeras sílabas, titubeantes y descuidadas, hace por lo menos
veinticinco años y siete meses.
El primer
relato llegó hará algo más de veintidós años.
Hace veinte
años y dos meses de aquel día en que me compraron mi primer cuaderno sin fines
escolares. «Este es solo para que plasmes ahí tus cuentos», me dijeron, hartos de oírme protestar por el aburrimiento todo un verano, nada más
salir de la papelería.
A los quince
años ya tenía claro que todos mis sueños locos pasaban por escribir, aunque me
considerase demasiado mediocre como para plantearme tratar de cumplirlos.
Con diecisiete
años y ocho meses, de repente, en mitad de una clase de Historia del Arte, las
musas llegaron –casi- para quedarse.
Tenía
veintitrés años recién cumplidos cuando entendí que solo existía una solución
posible para no ser mediocre: dejar de lloriquear por lo bien que escribían los
demás y lo rematadamente mal que escribía yo, vencer mis miedos y sentarme a escribir. Escribir de verdad. Escribir sin
descanso. Escribir para ir a por todas. Seis meses después, le ponía el punto
final a mi primera novela, que salió publicada cuando faltaban apenas cuarenta
y seis días para mis veinticinco.
Luego, a pesar
de los obstáculos, llegaron más, por supuesto que llegaron más: a los
veintisiete, a los veintiocho…
Y hace apenas
un año y dos meses, la literatura, por si aún no tenía suficiente de ella,
invadió mi mundo de la mañana a la noche como un huracán en forma de alumnos
deseosos de aprender y que nunca sabrán cuánto me han enseñado.
Tal vez esta
entrada esté plagada de números, pero yo he tenido la increíble suerte de vivir
una vida llena de letras.
Feliz
día del libro.
2 comentarios:
Me ha encantado tu reflexión, es muy significativa y muy profunda.
Yo no escribo (aún xD) pero nunca seré capaz de vivir sin libros y aquí me acojo a la cita de Borges en la que siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca.
Me ha encantado tu reflexión, me parece muy significativa y profunda. La historia de toda una vida.
Yo no escribo (aún xD) pero jamás seré capaz de vivir sin libros y aquí me acojo a la cita de Borges ya que siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca.
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