lunes, 20 de enero de 2014

Ex-kamikaze


Siempre me he considerado un ser un poco -por no decir bastante- disparatado. Más que disparatado; kamikaze. Capaz de tomar decisiones cruciales con una facilidad asombrosa y no volver jamás la vista atrás. Capaz, también, de abalanzarse sobre cualquier cosa apetecible que se le cruzara por delante e involucrarse en ella hasta límites insospechados, llámese literatura o llámese como sea. Uno de esos seres que no importaba cuántas veces ni en qué dolorosas condiciones le hubiesen roto el corazón, porque iba a volver a dejarse arrastrar sin medir las consecuencias en cuanto el amor tocara a su puerta de nuevo. 

Siempre me he considerado una mujer temeraria prácticamente en todos los aspectos de mi vida. Hasta que me di cuenta de lo terriblemente cobarde que soy -o, mejor dicho, que vuelvo a ser- a la hora de mostrarle al mundo mis escritos para que el mundo haga con ellos -y conmigo- lo que quiera. Me costó veintitrés años de mi vida exponerme al ojo crítico del público y, justo cuando comenzaba a salir a flote, cuando más o menos había aprendido a vivir con la sensación de que mis letras formaban parte de un grandioso y reluciente escaparate, y que no había nada perjudicial en ello, las circunstancias volvieron a empujarme a las profundidades otra vez...

A estas alturas, seguramente, much@s ya os estaréis preguntando por qué me estoy demorando tanto en haceros partícipes de los detalles de esa "Noche de Tentación" que tantas alegrías me está dando. En qué momento este blog dejó de ser aquel enorme circo de tres pistas donde mostraba orgullosa los pormenores de mis creaciones, y se convirtió en esto que es ahora. El hábitat natural de una escritora reservada y miedosa. La huella erosionada del caparazón de una ex-kamikaze.

Pero ya es hora de que eso cambie. Ya es hora de que vuelva a sentir parte de esa confianza alocada, aunque sea por la fuerza bruta. Implosión, que decían en mi facultad... Hoy ha sido un buen día; tengo motivos más que de sobra para estar feliz y celebrarlo con vosotr@s. Hoy soy optimista, y es un buen momento para someterme incluso al más sádico de los tratamientos antifóbicos. Por eso hoy, ahora, me atrevo a colgar aquí el primer extracto oficial de Noche de Tentación. Pequeñito -no le pidáis peras al olmo, al menos no todavía ;)-, pero REAL. Y que conste que no lo hago por mí; lo hago por Angélica y por Asmodeus. Porque se lo merecen :).

    "No estaba preparada para encontrar su boca otra vez. Nada, en mil Universos como aquel, podría haberla prevenido de la explosión de sus labios en los suyos seis mil años después de la última vez. La mano de Asmodeus se cernió en torno a su nuca y la apretó con más fuerza. Atrapada, Angélica se rindió a su beso. Las rodillas se le aflojaron, igual que se aflojaron sus hombros y se aflojó su cuello. Algo en su interior rugió de alivio cuando él le acarició la mejilla y la besó con más intensidad.
    El mundo estaba plagado de cosas hermosas y gratificantes. Y luego, por encima de todas ellas, estaban los besos de Asmodeus. Cálidos. Arrolladores. La sola idea de haberlos perdido para siempre la había hecho despertar, sudorosa y hecha un mar de lágrimas, más madrugadas de las que su ego toleraba  reconocer."

2 comentarios:

Irdala dijo...

Ahhhhhhhhhhhhh, no me hagas esto, nenita, por favor, que yo soy buena y no me lo merezco. ¿Voy a tener que mandarte un email suplicando?

Érika Gael dijo...

No va a hacer falta, Irdala... Todo va bien encaminado; dentro de poco podrás disfrutar del resto! ;)