Todo se reduce a un click.
Un click que, sin embargo, no llega, ¿eh, Maggie?
No llega.
¿Y mientras tanto?
Mientras tanto la asfixia.
Sigue asfixiándote, pudriéndote, rebajándote, anulándote.
Sigue quemándote en tu estúpido tejado.
La luna está llena. Y tú estás vacía.
¿Costó, eh? Pero al fin la viste. Entera. Redonda. De verdad.
Ya lo decía tu gran amigo Tennessee: Ha salido la luna y está pálida, un poco amarilla...

2 comentarios:
Y pensar que podría morirme sin haber visto esa película... Tal vez se la pida a los Reyes Magos (aunque teniendo en cuenta que hablamos de mis nietas seguro que será una versión pirata).
Me encanta, me chifla esa película. Yo la tengo en versión pirata, señora María.
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