martes, 9 de febrero de 2010

Opio


Es por el humo que asciende en espiral sobre mi rostro, describiendo las curvas que la seda de tu vestido envuelve bajo mis palmas.

Es por el bullicio de esa música tribal que resuena en las paredes del fumadero, procedente de algún lugar lejano. Igual que los susurros atronadores de tu corsé cuando mis dedos lo desatan con agilidad y cae al suelo entre faldones, exponiendo a mis ojos el mejor regalo que jamás me han dado.

Es por el sabor de la hierba seca y del vapor etéreo, del aire espesado y del calor más puro resbalando por mis sienes. El mismo que brama en mis papilas cuando me deslizo por el contorno serpenteante de tu cuello y dejo caer mi boca donde más lo necesitas.

¿Que por qué me gusta el opio? Porque me gustas tú.



© Érika Gael

3 comentarios:

Alassë dijo...

¿Qué mayor droga hay que la obsesión por na mujer? :)

En tan poquito espacio cuántos olores, cuántos sabores y qué remolino de sensaciones (vaya hombre, no pretendía provocar una rima xD)

Lo leí, lo releí... y en mi mente se dibujó Baudelaire, escribiendo en un fumadero de Francia, tal cual.

Busco en "Las Flores del Mal", del citado escritor, y me encuentro tal poema:

[...]
Lo que confín no tiene el opio lo acrecienta,
alarga lo ilimitado,
hace profundo el tiempo, los deleites ahonda,
y con lúgubres placeres
más allá colma el alma de su capacidad.

No vale todo esto la ponzoña que manan
tus ojos, tus ojos verdes,
lagos donde mi alma tiembla y se ve al revés...
en tropel vienen mis sueños
para saciarse en estos amargos abismos. [...]

Ya sé, ya sé que no te gusta la poesía, pero me ha gustado encontrar cierta conexión entre vosotros ^_^

Un besín artista! (de las palabras).

PD: Oye, roxia, ayer me alegraste el día :)

Pilar Cabero dijo...

Muy sensual, Érika.
Me ha gustado mucho.
Besitos

Nieves dijo...

una vez más, me dejas sin palabras.

Un beso