martes, 29 de diciembre de 2009

Las tripas de mi corazón - Boceto de Noche de Diavolata


Hay un archivo en mi disco duro repleto de todas esas ideas que surgen en mi cabeza como luciérnagas en la noche cuando una canción salta a la primera fila de la gramola, cuando camino de casa a la facultad o de la facultad a casa y mi mente se evade en mitad de un paso de peatones, cuando no me puedo dormir y dejo que mis neuronas jugueteen un rato más junto al calor de mi almohada.


Ese archivo es el primer filtro -o, mejor dicho, la ausencia de filtro- para una gran parte de las futuras escenas que poblarán mis novelas. Rara vez ven la luz esos pequeños bosquejos tal y como fueron elaborados inicialmente, aunque sí son muy fáciles de identificar en el resultado final de la obra.


Esos breves fragmentos de historia, esas mínimas porciones de realidad sin descripciones, sin escenarios, sin correcciones ni aclaraciones, son los pulsos que le dan vida a mis Príncipes y que me dan vida a mí.


Hoy, sin motivo aparente, y con multitud de ellos al mismo tiempo, me apetece regalaros uno. El último añadido a esa larga lista de imágenes fugaces que, algún día, formarán parte de algo tan grande como el amor entre un hombre -o un demonio- y una mujer.


Noche de Diavolata. Capítulo ¿? Escena ¿? En el balcón de la suite por la noche.


—¿Habías estado aquí antes?

—Alguna vez.

Una. Con Lily. (pensamiento en cursiva)

—¿Qué es eso que tiene de especial? Llevo todo el día dándole vueltas y no soy capaz de descifrarlo.

—¿Tienes que emplear la lógica para todo? Es Sorrento. Eso es lo que tiene de especial, sólo eso. Simplemente disfrútalo.

—¿Y cómo es para ti Sorrento?

Pausa.

—Apasionada.

¿Había elegido él deliberadamente un adjetivo en femenino?

—Me voy a la cama.

—Es como tú.

—¿El qué? ¿La cama?

—No. La Campania. Es ácida y voluptuosa, con un toque de dulzura. Vive perpetuando imposibles, soñando con algo que ya no podrá ser. Y, sobre todo, se empeña en ofrecerle al mundo una cara que no es la suya.

5 comentarios:

Esther dijo...

Ains madre... de verdad... ¡Esto no se hace! A mí un día de estos me matáis de un infarto. Yo quiero leerlo yaaaaaaaaa!!! ¿Cuánto llevas de la novela? Esto me pasa por engancharme a tu blog... ahora me quedo con cara de tonta y unas ganas locas de seguir leyendo.

De verdad, qué ganitas tengo que te publiquen...

Irdala dijo...

¡Qué buena eres, bruja! ¿Y ahora qué hago? ¿Te ruego? ¿Te suplico? ¿Me pongo en huelga de hambre? ¡Estarás contenta! Me pones el caramelo en la boca y te quedas tan ancha. ¡Quiero más, que lo sepas!
Un millón de besos, tesoro.

Ángeles Ibirika dijo...

Eres mala, muy mala. No me extraña que se te den tan bien los demonios ¡jejeje!
No sé cómo lo haces, pero siempre consigues poner ganas de más, de mucho más.
Espero que alguien se apiade de nosotras sufridas lectoras, y quede poco para leer a tus Príncipes.
Un beso enorme.

Nieves dijo...

Vale. Está bien. Lo has conseguido. Prendarnos una vez más.
Pero yo no pienso suplicar ni ponerme de rodillas o en huelga de hambre. Yo, simplemente, exijo más. Sí, has leído bien. EXIJO. O te denuncio por engancharnos a esta droga que es tu manera de escribir y luego dejarnos con el mono.
Así que.... tú misma.
Y sí, es una amenaza clarísima, por si no te habías dado cuenta. jajaja

Un beso, pedazo de autora.

Alassë dijo...

Por si no lo habías notado antes... ejem, ejem, muero por esa "bota" geográfica anclada por el Mediterráneo :) no sé qué tiene toda Italia... la Toscana, Venecia, Nápoles, Capri, Ischia... que -a pesar de que hay zonas muy chungas xD- desde el momento que pones un pie encima de ellas corren por ti unas ganas locas de no salir de allí jamás.
Bueno, bueno, sin irme por las ramas, ese <<¿Tienes que emplear la lógica para todo? [...] Simplemente disfrútalo>> me ha transportado a esas emociones "apasionadas" que tenía yo por esas tierras. Y me ha encantado.
Yo no creo que seas mala-muy mala :p más bien buena-muy buena. Me explico: no es muy difícil llegar a mí con estas historias, pero tocar mi punto débil con algo tan pequeñito y dejarme en vilo de esta manera... sí que lo es. Me agarraré a lo que pueda si tengo el privilegio de leer esta historia, porque algo me dice que todo lo que ha salido de tu corazón puede causar un colapso en el mío, nena jaja

Un besín, guapa! ^_~