martes, 31 de marzo de 2009

El principio del fin. Se acerca el clarear del día.


Hay varios momentos cumbres en la creación de una novela. Escibir la primera escena erótica es uno de ellos.


Escribir la última, es el peor.


Si hay un instante clave en la historia, desde el punto de vista de su autor, es ése. La última escena erótica significa muchas cosas: se acerca el final, se complican las cosas, hay que dejar zanjados todos los sentimientos, si es que no se había hecho ya. A partir de este momento, los acontecimientos se van a complicar de tal manera que nuestros protagonistas no van a tener tiempo ni de irse a la cama. Y además significa que, a partir de este momento, todo lo que ocurra va a ocurrir por última vez.


Puede haber una pelea más, pero seguro que será la última.


Puede haber más besos, pero serán las últimos.


Puede haber una declaración, pero ésa fijo que será la última.


Puede haber más dolor, pero que no cunda el pánico porque pasará pronto y, entonces sí, será el último.


Pero pase lo que pase, ya no habrá más sexo, así que todo lo que deberían haberse dicho en la cama nuestros personajes, se lo tendrán que haber dicho ya, porque no quedan más oportunidades.


Recuerdo que, cuando escribí Faery, ya reflexioné algo parecido al respecto, y eso que la que se me venía encima entonces no era ni la mitad de dura, complicada y dolorosa que la que me acecha ahora. Esta tarde he escrito la última escena erótica de Noche de Mardi Gras, y aún no me puedo creer que ya haya llegado hasta aquí cuando vuelvo la vista atrás en el tiempo. Sólo sé que esto es el principio del fin, y que duele como el infierno. Ya siento que voy abandonando una parte de mi vida, una IMPORTANTE parte de mi vida, que se queda atrás con David y Carlota. Sólo me queda el último sprint, la parte más temida de todas, que también pasará.


Y, joder, ya los estoy echando de menos...

lunes, 30 de marzo de 2009

Ganadores PEARL 2008

Una de esas noticias que te alegran el día:


http://www.autorasenlasombra.com/premios/pearl/ganadoraspearl08.htm



Un premio más que merecido :D.



Enhorabuena a tod@s l@s ganador@s, sobre todo a mi Sherrilyn, que barrió de pleno, y a JR Ward, porque, aunque no soy yo mucho de La Hermandad de la Daga Negra, Story of Son también me parece digna de premio. Esperemos que todas esas novelas que aparecen ahí y que aún no han sido publicadas en España no tarden mucho en llegar a nosotr@s.




Me duelen las alas de cargar con ellas



Puedo mentirme todo lo que quiera. Puedo levantarme cada mañana y afrontar el día con optimismo. Puedo tachar fechas en el calendario y sentirme mejor al ver que se acumulan hacia adelante y no hacia atrás. Puedo decir que estoy bien, que estoy recuperada, que ya lo he superado. Puedo verme más guapa, o más madura, o más ocupada. Puedo sentir que ahora hay más cosas por las que luchar y gente que hace que merezca la pena esa lucha. Puedo sonreír ante el espejo, o ante un flash, o ante un buen chiste.


Puedo correr hacia adelante todo lo que quiera. El problema es que en este desierto no hay ni siquiera un puñetero cactus para orientarme. Y me da miedo estar corriendo en círculos, dar vueltas hasta llegar a la misma conclusión una y otra vez.


Creía que el dolor pasaría, y debí de acertar, porque lo hizo. Pero lo que no sabía era que tras el dolor llegaría algo mucho peor: la nostalgia.

domingo, 29 de marzo de 2009

Te lo dijimos

Te dijimos que esta historia era buena, y vaya si lo era.

Te dijimos que tenías el salero suficiente para escribir un chick-lit, o cuatro o cinco, y vaya si lo tienes.

Te dijimos que alguien tan perseverante como tú merecía una oportunidad de parte de las editoriales, y vaya si la has conseguido.

Te dijimos que en cuanto publicaras todas correríamos a ponernos a la cola para ser las primeras en comprar tu novela, y vaya si lo hicimos.

Te dijimos que adoramos a tu Niall, y la vena de tu Vicky, y ciertos tomatitos cherry, y vaya si es verdad.

Te dijimos que eres una gran amiga, una gran escritora y, por encima de todo, una grandísima persona, y vaya si lo eres ;).

Un besazo y enhorabuena por llegar hasta aquí, Chirli Temple!!!

sábado, 28 de marzo de 2009

Una chispa de polvo de estrellas







Tal vez lo único que me hacía falta era rodearme un rato de felicidad ficticia para reemprender la marcha hacia adelante. Después de tanto tiempo de apatía y de falta de inspiración, tal vez lo único que necesitaba era volver a los orígenes, al momento determinante en que los astros se alinean para provocar un efecto mariposa durante el Mardi Gras: dos bandas de música colisionan en un cruce entre calles, obligando a una de ellas a detenerse y ceder el paso. Eso desata el delirio entre la multitud, que corre a empaparse del espíritu festivo. Lari, en la habitación del hotel, se percata del tumulto y corre a avisar a sus amigas, que se pelean por el enchufe del secador en el cuarto de baño. Instantáneamente, las dos abandonan su rifirrafe y corren al balcón a contemplar la escena, a la vez que una pandilla de veinteañeros, con aspecto de matones a sueldo y capitaneados por el tío más guapo que haya pisado alguna vez el carnaval, recorren las calles del Barrio Francés en busca de un poco de diversión. A la altura de Bourbon Street el tráfico de gente, músicos y alcohol se hace intransitable, así que optan por desviarse en la primera bocacalle a la derecha. Toulouse Street. El mismo lugar en el que se alza el hotel St. Marie, en el que se hospeda una joven de cabellos castaños y ojos ambarinos, en el que se ha detenido una comparsa, en el que la multitud aplaude alborotada, en el que se lanzan collares, en el que la muchacha se asoma al balcón para comprobar qué sucede.


Y, voilá, el aleteo de la mariposa ha surtido el efecto adecuado, porque sus miradas se encuentran y sus vidas cambian. Tan sólo hay que rellenar unos cuantos folios con ellas.

Me hacía falta recuperar la confianza en la novela, la confianza en mí y, sobre todo, la confianza en que el amor de David y Carlota, a pesar de todo, es posible. Sólo hacía falta una chispa de polvo de estrellas.


La guerra no ha terminado, pero la batalla que esta noche he librado con las palabras, la he ganado yo.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Indefensión aprendida

Hace exactamente un mes, mi vida estaba donde yo quería que estuviera. Estudiaba. Escribía. Me sentía útil, me creía inteligente.
Bajo condiciones de incontrolabilidad e impredecibilidad de los estímulos, los sujetos tendemos a desarrollar indefensión aprendida. Es decir, que hagamos lo que hagamos, el éxito o el fracaso no depende de nosotros mismos, sino que es otro el que parte el bacalao. El que maneja los hilos, el que tiene la llave.
Desde hace un mes estoy sometida a condiciones de incontrolabilidad e impredecibilidad casi permanentes. Los profesores deciden mis notas en una partida al solitario, las editoriales se juegan mi publicación en un casino de Las Vegas y las musas se sienten inspiradas cuando sacan un doble seis en los dados.
A día de hoy, mi vida está descontrolada, y yo con ella. Desquiciadas. Las dos. No estudio. No escribo. Me siento imbécil.

domingo, 22 de marzo de 2009

El pico debajo del ala

El otro día, mientras metía mis artículos en cajas para completar la mudanza, me di cuenta de una cosa: después de todo, no me ha ido tan mal en estos últimos meses.
Cuando nació el blog de Érika Gael, allá por el mes de junio, la principal idea que rondaba mi cabeza era la de crear un pequeño lugar donde dejar constancia de mi pesadumbre, porque es ella y no el optimismo la que más me visita. Sin embargo, al echar la vista atrás, me he percatado de las pocas actualizaciones totalmente depresivas y suicidas que hay.
Pero yo sé que, en todos estos meses, ha habido mucho momentos de esos. Incluso más fuertes que los que me acosaban antes de introducirme en toda esta vorágine de la escritura profesional y la publicación. Antes me preocupaba porque no sabía si escribía bien. Ahora me preocupo porque no sé si escribo bien, no sé si mis historias tienen gancho, no sé si me paso o no llego, no sé si mis frases son repetitivas, no sé si mis personajes tienen coherencia, no sé si a las editoriales les gustará lo que creo, no sé si me publicarán algún día, no sé si quiero que me publiquen...
En definitiva. Antes tenía una preocupación. Ahora me asaltan cientos de ellas y, como tal, los momentos de bajón son más frecuentes y más profundos. Pero esos nunca llegan al blog, no sé por qué. Tal vez porque lo que quiero es transmitir al mundo un mensaje global de optimismo y esfuerzo, o porque tampoco me gusta generar compasión. A lo mejor me he visto a mí misma leyendo todo esto dentro de diez años y no me gustaría entonces recordar a la persona que soy ahora como una enclenque quejica y agobiada por las dudas.
Aunque tenerlas, las tengo. Como las de hoy, uno de esos días en los que lo único que quieres es meter la cabeza debajo de la almohada, dejar de escribir para siempre y no tener que preocuparte nunca más de lo que otras personas piensen de ti. Simplemente me gustaría dejar que las palabras fluyeran entre mis dedos, como lo hacían hasta ahora, pero empiezo a ceder a la presión. Es triste, y horrible, y repugnante, pero es así. La disciplina me ayuda; la presión me bloquea. Y ya llevo un puto mes bloqueada. Lo odio. Odio las letras. Y me odio más a mí por no ser capaz de hacer nada con ellas.

viernes, 20 de marzo de 2009

La nueva casa de Érika

Sed muy bienvenid@s tod@s, tanto los que os incorporáis ahora como los que ya me conocéis. Es un placer para mí recibiros en mi nuevo hogar, que espero sea de vuestro agrado.

Para que podáis encontrarlos de forma fácil y rápido, he traspasado todas las publicaciones del anterior blog, junto con vuestros comentarios. Me gusta sentiros cerca, formáis parte de mi vida literaria y no me gustaría que os traspapelarais con tanto salto.

Mil besos a tod@s y, si estáis leyendo esto, gracias por seguir mis tímidos -aunque cada vez menos- pasos.

De mudanza (Original 20-3-2009)

Cuando era pequeña y bailaba en un grupo de danzas asturianas, las mudanzas eran para mí los pasos más importantes de cada baile. Cuando crecí, se convirtieron en la incómoda -y a veces utópica- acción de transportar todas mis cosas de un sitio a otro varias veces al año, aunque mi hermana Bego es mucho más experta que yo y ella os puede dar auténticos cursillos, si queréis.

Ahora, una mudanza es para mí un cambio de soporte cibernético. Misma ilusión, mismas ganas, misma intención de idear, desvariar y, de vez en cuando, haceros sonreír.

Ésta ha sido la primera casa de Érika Gael, y por eso la atesoraré siempre con cariño, pero algunos problemillas técnicos (no quiero hablar mal de Blogia, que para eso han soportado mis divagaciones durante meses...) me han impulsado a buscar otro refugio:

Espero seguir viéndoos a tod@s los que me habéis apoyado, me habéis animado, me habéis leído, me habéis emocionado, me habéis descubierto, me habéis seguido conociendo un poquito mejor. Toca poner el punto y aparte a una etapa, pero espero que, en la que empieza, tenga aún más cosas que contaros.

Os quiero. Gracias por vuestros comentarios y vuestras lecturas, que han sido muchas más de las que esperaba. Millones de besos!

... (Original 18-3-2009)

Mis alas están sangrando, pero no te las puedo enseñar...

Mi primer rechazo (Original 16-3-2009)

Como diría mi compañera Lydia, ahora sí puedo decir que soy una escritora en toda regla: he recibido mi primera carta de rechazo desde una editorial.

Paloma Bas, editora de "El Andén", ha tenido el honor de ser la primera en darme la patada con, por supuesto, una más que educada carta de ésas que te hablan de las archimentadas líneas editoriales y en las que me anima a seguir y me desea suerte.

Pues un saludo para ella y su equipo, con todo mi cariño, que al menos han tenido el valor de leerse mi manuscrito, con bastante rapidez, todo hay que decirlo, y de hacerme llegar su valoración final. Esto es todo un logro para una persona que, hasta hace un año, ni siquiera se atrevía a enseñarle a la gente más cercana todas aquellas tonterías que se le ocurría escribir, y con eso me quedo.

Los caminos de la romántica no son inescrutables (Original 10-3-2009)


Hace tiempo que quiero escribir algo como esto. Me apetece hacerlo para saldar una deuda, conmigo y con los demás. Los que me conocen y los que no, porque ya son muchos los que me han preguntado.


¿Cómo llegué a la Romántica?


Buena pregunta. Técnicamente, empecé con 14 años (precoz, la niña), debido a un padre indeciso, un hoja de pedido del Círculo de Lectores en blanco y un plazo cumplido.
Leí dos -¿o fueron tres?-, y me cansé. Sí, sí, lo admito. Renegué de la Romántica durante años, me volqué en cualquier género que me alejara de ella como si de un brote de peste bubónica se tratara, pero es que... en fin. Que empecé con Judith Macnaught. Sí, sí, la Macnaught. Ésa que escribe todos los libros iguales y sólo cambia el color de pelo de las protagonistas femeninas. La experta en pseudoviolaciones encubiertas. Cualquiera en mi lugar habría hecho lo mismo, ¿no?


Reapareció en mi vida hace casi dos años -se hizo de rogar-, con Lisa Kleypas. De nuevo una casualidad. Una revista del Círculo de Lectores, una tarde deprimente y un vacío, no sólo de tiempo, que llenar. Evie y Sebastian lo llenaron. Y ya no pude parar. Muchas cosas han cambiado en mi vida desde entonces; el amor encerrado en papel reciclado persiste.


Después de devorar -literalmente- todos los libros de la Kleypas, publicados o no en España, busqué más. Mi nuevo vicio absorbió mis horas, mi atención, las dioptrías de mis ojos. Se coló en mi interior y me obligó a volver la cabeza hacia otro lado: el lado de la librería en el que se esconde la estantería de novela Romántica.


Cuando me cansé de las jóvenes debutantes londinenses que seducían a granujas y libertinos bajo sus abanicos en Almack´s, me pasé a los castillos escoceses, los pliegues de los tartanes que el viento agita sobre el caballo y las cruentas luchas entre clanes. Tras ellos, le llegó el turno al chick-lit. Tardes enteras con los ojos pegados en las chicas de Marian Keyes, maridos díscolos, trabajos insatisfactorios, compañeras de piso traidoras. Pero esa fiebre también se pasó y me lancé de cabeza a las aguas del Caribe. Siempre hay algún bucanero dispuesto de rescatarte de los tiburones, ¿Lo sabías? Aros en la oreja, pañuelos sobre la frente y tatuajes que recorren el brazo con que se sostiene el timón. Y, yo-ho-ho, una botella de ron. Pero, ¿y qué ocurre si mezclamos lo mejor de todos los mundos vividos, de los países visitados? Karen Marie Moning me hizo viajar en el tiempo y saltarme a la torera las muy elaboradas leyes de la física. Aquella etapa fue genial. Fortalezas medievales, barcos que surcan el atlántico, de nuevo las mazmorras de un castillo escocés.


Y, hace más o menos un año, apareció en mi vida Sherrilyn. La Kenyon. Julian Alexander surgió como por arte de magia de entre las páginas de un libro hechizado, preparando la antesala de lo que sería una de las más prolíficas colecciones de la historia de la Romántica: los Cazadores Oscuros. Tras él llegaron Kyrian, Talon, Zarek, Valerius, Ash, por supuesto, y todos los demás. Vampiros, demonios, fantasmas, dioses. Aposentaron sus indomables traseros en mi disco duro y barrieron de un plumazo a todos los demás. El romance paranormal entró en mi vida como una ráfaga de viento del sur. De viento de Nueva Orleáns. No puedo escribir más. Es imposible. Hace mucho que perdí la cuenta de todas las autoras y colecciones de paranormal que he leído.


En realidad, podría decirse que he perdido la cuenta de todas las autoras y series de Romántica que he leído. Pero no voy a parar ahora. Mi alter-ego, la que se introduce como una sombra en cada historia que lee, aún quiere más. Ha vivido tantas cosas en todo este tiempo... Y las que le quedan por vivir.

Sin Título Destacable (Original 5-3-2009)

Creo que nunca antes había visto a la gente que me rodea interesarse tanto por mi trabajo literario como estos días pasados. Eso, en el supuesto caso de que de verdad estuvieran interesados en mi labor y no preocupados por mi salud mental, cosa que me parece bastante más probable, cuando me veían entrar por la puerta de la facultad con unas ojeras hasta el suelo, los párpados caídos y el pulso temblón y al instante me preguntaban "¿Qué tal esas 30 páginas?".

Terriblemente, escandalosamente, condenadamente mal. Pero gracias por preguntar.

lunes, 16 de marzo de 2009

Nuevo desafío (Original 28-2-2009)


Recojamos los bártulos. Después de un intenso mes y medio alojados en el fastuoso hotel Sainte Marie de Nueva Orleáns, una servidora, su vapuleada Carlota y sus incondicionales Demonios, hacen la maleta y se trasladan al 3100 de Saint Charles Avenue.


Y, de ahí, a un lugar aún más bajo que la ciudad del Mississippi. Nadie conoce con certeza la altitud/profundidad del Infierno, pues no hay ahí mar alguno con el que compararlo.


Lo dicho. Que si ya es poco difícil narrar en una novela el orden lineal de los acontecimientos, andar encima dando saltos de este calibre... Todo por cortesía de cierto editor de cierta editorial de cierta ciudad del sur, de cuyos nombres prefiero no acordarme...


Tengo que escribir las treinta páginas en las que se produce el clímax de la trama de Noche de Mardi Gras. Para el lunes. Con dos exámenes y tres entregas de prácticas en puertas. Y después de una semana de escribir una media de tres mil palabras diarias para no perder el tono.


De ésta salgo. No sé cómo, pero salgo.

Fatiga mental (Original 27-2-2009)

A veces me canso de correr hacia una meta invisible, pero no encuentro el botón de STOP...

Teoría de la secuoya (Original 25-2-2009)


Resulta paradójico escribir un día sobre las cosas que, en esa fecha y hora, están, hipotéticamente, sucediendo al otro lado del mundo. Hasta el día de hoy, nunca me había encontrado en una situación semejante en mi ¿corta/larga? vida frente a las palabras. Repito, hasta hoy.

Cuando empecé a escribir Noche de Mardi Gras, hace casi un mes y medio, no me plantée que el camino de Carlota y el mío pudieran coincidir en una misma cuerda temporal. Será que no lo pensé con detenimiento, porque visto desde la lejanía, era bastante obvio que esto se iba a producir.

Esta tarde-noche, 25 de Febrero de 2009, Miércoles de Ceniza , Carla (A.K.A. Érika Gael) tendrá el placer de narrar en tercera persona y desde Oviedo los avatares de su alter ego, Carlota, de productivo viaje de estudios a orillas del Mississippi, durante la tarde-noche del 25 de Febrero de 2009, Ash Wednesday.

Tal vez si seguimos jugando a dioses y demonios nuestras cuerdas espacio-temporales se enreden lo suficiente, como los círculos concéntricos del tronco de una secuoya, y Carla (A.K.A. Érika) acabe rendida a los pies de un príncipe del Infierno en su visita a Nueva Orleáns, mientras Carlota se empeña en sacar adelante una novela en plena convocatoria de exámenes universitarios. ¿Quién sabe?

Feliz Noche de Mardi Gras (Original 24-2-2009)



¿Hay mejor modo de celebrarla que escribiendo sobre ella? Sí, lo hay. ¡ESTAR ALLÍ!
Laissez les bons temps rouler...

viernes, 13 de marzo de 2009

Una noche silenciosa (Original 17-2-2009)


Cuando llegó a mis manos One Silent Night, de Sherrilyn Kenyon, pasé por una fase de escepticismo agudo.


El estreno de Acheron en agosto fue lo bastante potente como para que la onda expansiva todavía retumbe, y leer la historia de Strykerius, su eterno enemigo, tan sólo unos meses después, la verdad es que no me apetecía nada.


Además, y por encima de estas mis paranoias, estaba un asunto aún más importante. Desde mi punto de vista, cuando asumes el riesgo de hacer protagonista a un personaje que recibió todo el odio del público en los veinticuatro libros anteriores, pueden pasar dos cosas igual de peligrosas:


—Que la autora sea incapaz de superar esa barrera y los lectores no puedan identificarse en ningún momento con el personaje.


—Que el personaje se desdibuje tanto al querer hacerlo agradable para el lector, que no tenga nada que ver con lo que era antes. En ese caso, los veinticuatro libros anteriores serían ¿una pérdida de tiempo? ¿una falsa alarma? ¿una leyenda absurda?


Sin embargo, la Kenyon ha logrado sorprenderme otra vez. Sí, lo ha hecho. Lo ha conseguido inventando un nuevo tipo de tramas: las treguas temporales. Ésta es la opción C:


—Que el personaje mantenga su identidad pero, al mismo tiempo, sea lo suficientemente atractivo como para que te atrape su historia y estés deseando darle su más que merecido final feliz. Para ello, lo mejor que Sherrilyn ha podido crear es un alto el fuego provisional entre Daimons y Dark Hunters, una alianza que les permita enfrentarse a un mal común, con tan buenos resultados que me declaro fan acérrima de Stryker desde este mismo instante.


Por esto y porque, a pesar de los años, la Kenyon sabe mantener vivo el espíritu de los Cazadores Oscuros en una de sus mejores novelas (quién lo iba a decir), me alegra haber superado la etapa dubitativa y haber podido disfrutar de una historia que nos evoca aquellos primeros y gloriosos tiempos en Nueva Orleáns.


Y lo mejor, como siempre, nuestra querida Simi-licious.

Los ojos del Demonio (Original 16-2-2009)

Un BMW Alpina Roadster V8 de color rojo sangre y sin capota se había detenido frente a la entrada del Sainte Marie. De él descendió una una figura grácil y hermosa, con gafas de sol y vestida de negro de la cabeza a los pies, que se apoyó en la portezuela. Con cara, no de no haber roto un plato en su vida, sino de haber causado un auténtico desastre nuclear en una fábrica de loza.

Noche de Mardi Gras, Érika Gael.

Dime lo que te denigra y te diré quién eres (Original 9-2-2009)


Hay dos personas en el mundo que siempre me hacen reflexionar con sus preguntas: Ana y mi hermana.


Para que nos situemos (Bego, si estás leyendo estas líneas, perdón por utilizarte de cabeza de turco ;)), mi hermana es una de esas escasas personas que no siente que tenga que demostrar nada a nadie (o al menos eso aparenta). Probablemente no haya conocido a nadie más coherente y con los pies en la tierra en mi vida, ni lo haré. Piensa, actúa y habla tal y como lo siente, y no hay nada más allá. Si te gusta, bien. Si no, no se va a desviar por ti. Eso no quiere decir que sea déspota, o prepotente, o hiriente, porque no es así. Pero tampoco se va a callar o va a fingir que algo le gusta cuando no es así.


El otro día, mi hermana dijo unas de las palabras más sabias que he oído en mucho tiempo, y no sabe cómo se lo agradezco. Porque en este mundillo, donde todo el mundo trata de hacerse el kafkiano, el dostoievskiano y el barojiano, y donde a las que leemos y escribimos romántica se nos acusa de machistas, de incultas, de crédulas y soñadoras, de ignorantes, de sosas y de denigrantes, al fin el otro día oí una crítica que no tenía nada que ver con todo eso. Y me pareció tan buena, en su sencillez, y tan auténtica, que no he podido resistirme a reflejarla aquí. Por primera vez en los 10 años que hace que leo romántica, nadie dijo que un libro de este tipo no le gustaba porque lo consideraba denigrante, ni dijo que no le gustaba porque era bazofia literaria, ni dijo que no le gustaba porque era vergonzoso, bochornoso o degradante.


Mi hermana dijo: "No me gustó porque las escenas de amor me aburren". Y punto pelota.
Sólo quiero hoy, desde aquí, darle las gracias a mi hermana por decir las cosas como las siente, y por sentirlas como lo hace. Porque, como ella misma reconoció, "será que me leí tantas hace años que cansaron". Esto nos lleva a la experiencia, y de esto concluyo lo siguiente:


No puede ser una casualidad que, de todas las personas que conozco que leen, leyeron o tienen intención de leer novela romántica, ninguna de ellas se haya sentido vejada, denigrada, ofendida o infravalorada. A todos esos kafkianos, dostoievskianos y barojianos, a quienes se les llena la boca escupiendo veneno hacia las que respetamos el género, sólo les diré una cosa: un libro puede gustarte, o no. Puede aburrirte, o no. Puede tocarte la fibra, o no. Pero si hace cualquiera de esas cosas significa que te lo has leído. Si, por el contrario, lo que haces es meter en el mismo saco a todo un género literario, y considerarlo humillante, dañino o deshonroso, entonces eso quiere decir que ni siquiera pasaste de la contraportada.


Hacer una crítica desde la ignorancia y el desconocimiento es, a mi entender, bastante más denigrante para la persona que la hace, que leer una historia de amor, sean cuales sean las características de ésta.


Y no sé quién es más inculto, si el que repite a Pérez Galdós del derecho y del revés en cuclillas o a la pata coja, o el que se lee desde Stendhal ("Rojo y negro" es uno de los libros favoritos de la inculta que escribe estas líneas) hasta Lisa Kleypas, pasando por José Carlos Somoza, Tennessee Williams y Goethe.


De nuevo gracias a mi hermana por darme pie, aun sin pretenderlo, para colgar una actualización que llevaba tiempo deseando poner.

jueves, 12 de marzo de 2009

Decadencia (Original 8-2-2009)


Es una buena cosa esto de Internet cuando quieres documentación actualizada. Por ejemplo, no hay nada mejor para recrearte en el ambiente carnavalesco del French Quarter, que hacer un recorrido por todos los vídeos del Mardi Gras orleanniano que pueblan Youtube. Y, si lo que te apetece es tomarte una copa en un sitio un poco más protegido, vale la pena echar un ojeada por las múltiples páginas web, de fácil acceso desde Google, que te ofrecen una visita virtual a través de los mejores locales nocturnos de Bourbon Street.


Y fue precisamente en una de ellas, en la web del pub Utopia, número 227 de la calle Bourbon (New Orleans, Louisianna), donde encontré la siguiente crítica que hacía un visitante de la ciudad:


Utopia could be called one of the glittering jewels of Bourbon Street’s crown; however, this is still Bourbon Street after all. It’s important never to forget that at the end of the day, all of the jewels, diamonds, and pearls you see are really just plastic Mardi Gras beads.


Traduzco, para los no entendidos:


Utopía podría considerarse una de las brillantes joyas de la corona de Bourbon Street; sin embargo, sigue siendo Bourbon Street después de todo. Es importante no olvidar nunca que, al final del día, todas las joyas, diamantes y perlas que veas, en realidad no son sino collares de plástico del Mardi Gras.


No hay, para mí, mejor descripción de la decadencia de Nueva Orleáns. Y no hay mejor descripción de "Noche de Mardi Gras", mi novela.

Volver a empezar, otra vez... (Original 2-2-2009)


...volver a estrenar zapatos y libros...
...volver a encontrar los viejos amigos...
...y juntos volver a empezar.


Vuelven los mails que nos ponen cardíacas, las sesiones de chat, las dudas, las correcciones, los "y esto cómo se hace...", los "soy una inepta, qué mierda de novela me está saliendo", las consultas al súper-teacher y la ilusión. ¿Cuánto aprenderemos esta vez?

La Gárgola (Original 29-1-2009)

Andrew Davidson explicaba, en la carta de presentación que le envió a su editor, las 10 razones por las que “La Gárgola” no debía ser publicada.

En mi modesta crítica, yo voy a enumerar a continuación los 20 puntos por los que la gente debería leerla:


Del primero al décimo se resumen en uno: porque sale Marianne Engel. Y se trata de la obra de un principiante. El día que yo logre un personaje como ése, entonces sí cumpliré mis amenazas. Llamaré al espectro de Orson Welles y juntos crearemos el club de fracasados que no lograron superarse a sí mismos.


El undécimo es fácil: porque se compone de seis historias de amor, desgarradoras de principio a fin.


El duodécimo: por el que es, para mí, el plan de suicidio mejor descrito de la literatura. A partir de ese “click”, ya no pude parar de leer.


El decimotercero: porque el mero trabajo de documentación del autor lo merece. Andrew Davidson dice que invirtió siete años de su vida en “La Gárgola”. Estoy convencida de que, de esos siete, cinco los pasó íntegros en la unidad de quemados del hospital. Los resultados, a la vista están.


El decimocuarto es obvio, en mi caso: porque mezcla en la misma historia “La Biblia” y el “Inferno” de Dante, con el porno, la coca y la morfina. Y lo hace con maestría.


El decimoquinto, que también es fácil de identificar: porque sus páginas están plagadas de gárgolas y grotescos, ángeles de piedra, alas tatuadas y figuras de vidrio. Objetos que hablan por sí mismos, que te introducen en un mundo de desesperada hermosura.


El decimosexto: porque el final es tan previsible que no pude parar de llorar desde la mitad de la trama, intuyendo lo que vendría. Benditas sean las catarsis que me producen los libros.


El decimoséptimo: porque cuando llegué al final me di cuenta de que no tenía ni puñetera idea de cómo se llamaba el protagonista. Y no me importa, porque Fulano o Mengano tocó mi alma de todas formas…


El decimoctavo: por la soberbia primera escena en que aparece Marianne Engel. Su primera frase (Te has quemado. Otra vez) da una idea de lo incondicional e irracional de su amor, y logró ponerme los pelos de punta.


El decimonoveno: porque ella solita, por mérito propio, se ha colado dentro de mi panteón de “Grandes historias de amor, devoción y desesperación”.


El vigésimo y último: porque no sobra ni una palabra y, en cambio, sí faltan trescientas páginas que Doubleday, su editorial, le obligó a desechar. QUIERO QUE ME LAS DEVUELVAN.

Reflexión tras leer LA GÁRGOLA de Andrew Davidson (Original 25-1-2009)


Que las historias de amor con finales felices me apasionaban no es nada nuevo. Que mi ansia casi maníaca por que esa felicidad no se extinga nunca es directamente proporcional a la cantidad de libros que leo y años que cumplo, sí que lo es.


Cuando era pequeña, me conformaba con el efectivo “y fueron felices para siempre”. “Para siempre” era todo lo que necesitaba saber para imaginarme una dicha absoluta durante largas vidas, pero, de repente, “para siempre” se convirtió en un concepto ambiguo. Un breve e inespecífico período de tiempo que podía apagarse con la celeridad de una cerilla. La vida se ve cada vez más corta a medida que la vives, y “para siempre” nunca es suficiente.


Debido a mi prematura y palpitante insatisfacción, opté por el mejor camino que encontré: los finales tristes. No tenía ni 16 años cuando Erik me obligó a girar la cigarra o el saltamontes, cuando su repugnante deformidad dejó manchas oscuras bajo mis ojos, y cuando su experiencia con las trampillas me mostró que es posible amar más de lo que cualquier persona cuerda puede llegar a hacer con una simple nota musical. Y todo para nada, porque Christine se largó con Raoul y ni mis lágrimas ni las de cristal tallado que pendían iridiscentes de la enorme araña en el techo de la Opèra Garnier pudieron evitarlo. Pero todos sabíamos que, en el fondo, Christine siempre amó al Fantasma.


El problema de los finales tristes es que necesitas aferrarte a un consuelo, por idiota que éste sea, para no echarte a morir cuando llegas a la última página de la historia y cierras las tapas. Aunque a veces no lo haya. Aunque Christine se case con Raoul. Aunque la carta que Amantea le envió a Víctor nunca fuera abierta. Aunque Ultimo nunca llegara a darse la vuelta en aquella gasolinera y viera que era Elizavetta la que conducía el Jaguar plateado.


Y ahora, al leer la “La gárgola”, podría decirse que he alcanzado el clímax de tristeza por libro que requería para entender que ya ni el “unidos en la muerte” funciona en mi caso. Porque a veces la muerte no une. A veces la muerte se convierte en un período fútil de setecientos años de espera. Y, a veces, esos siete siglos se hacen tan largos y agotadores, que ni siquiera la esperanza de felicidad al final del camino puede hacer que te apartes de tu objetivo final: la liberación.

Lo malo de leerte en enero el que sabes que va a ser, con total seguridad, el mejor libro del año, es que por delante sólo te aguardan once largos meses de expectativas incumplidas.
La crítica oficial, otro día. Todavía tengo que reponerme de la sobrecarga emocional que me supuso este libro.

Patrón de abuso de palabras (Original 21-1-2009)

Te miro cada día, cuando el monitor se ilumina, para creerme que estás ahí, que es verdad. Que lo que llevo pensando durante todo el día no es un sueño o una quimera barata, sino una realidad construida letra a letra. Tecla a tecla.

Abro y cierro cien veces el documento. Podría cambiar esta palabra, ahora. Podría iniciar otro párrafo. O tal vez leer el primero. Podría hacerlo. Podría. Es sólo que... eres tan importante... Tan jodidamente importante que no me atrevo a tocarte para no cometer un error. Pienso que tu cabecita se irá hacia un lado si te toqueteo demasiado, o te harás daño si te resbalas en la bañera esta tarde.

Me siento ante mi dosis. La contemplo de nuevo. Y el tono... ¿Dónde está hoy el tono? Tal vez está canción me ayude a recuperarte. Si te envío rosas rojas me llamarás ñoña y entonces acabaremos discutiendo, así que prefiero reencontrarte en la música. Observo mi dosis. Está pulida, no hay peligro. Y la música penetra en mis oídos, y me invita a volar, y me hace subir. Aunque sepa que después vaya a caer.

Golpeo el teclado. Inspiro con fuerza. Esnifo, una a una, todas las sensaciones que pretendo describir, para dejar que se cuezan en mi cerebro. Para matar las neuronas que me quedan y llenarlas de pasión. Inhalo la fragancia que despide tu pelo. Y te tengo, logré tenerte entonces y te tengo ahora. Tengo tus gafas de sol, tu chaqueta de cuero, tu cuerpo fibroso. Tengo tus alas negras y tus ojos de lo perdido.

Me inyecto en la vena todo lo que escribo. Frases que se acumulan y colapsan la jeringuilla. Te necesito cerca. Porque no puedo vivir sin ti. Porque no quiero hacerlo. Porque me molestaría muchísimo tener que aprender a vivir así de nuevo. Y ella está triste, pero sé que si sigo fumando alcanzaremos juntas la felicidad. Y tengo también su aroma, la tentación del diablo. La nuestra. La suya. Lo vamos a lograr, ¿verdad?

Me dejas exhausta, pero necesito más. Un poco de voluptuosidad en la lengua. Eso me parece bien. Así que me dejo arrastrar de nuevo, y las cien veces que me pongo en pie vuelvo a dejarme vencer. No puedo parar. No puedo parar. Sólo un renglón más, un párrafo, una escena. Cuenta caracteres, ¿cuántos llevas? ¿Cuántos has escrito hoy? Cuidado con la sobredosis, te acecha con sus ojos azabache en la penumbra.

Te dan las tantas y no quieres que se acabe. Tus ojos inyectados en sangre gritan por más, y lo mejor que puedes hacer es dárselo, porque, si no, lo único que harás será dar vueltas en el vacío de las sábanas. Sigue mi consejo. Haz lo que te pidan tus ojos. Mañana será otro día, bien. Pero tendré que esperar tanto hasta volver a ti... Hasta que vuelvas a despertarme del letargo y pueda mascar con fruición tu esencia.

Y, cuando amanezca, tendré que hacer mil cosas antes de encontrarme de nuevo con tu vicio. Salir, entrar, sentarme y volver a ponerme en pie. Tendré que hablar, pero también que guardar silencio. Ver cómo pasa el día entre clases, chismorreos, una chocolatina, aburrimientos, música a todo volumen y pensamientos. Apuntes, silencios y sentimientos. Comidas, palabras (aunque no de las que me gustaría) y vuelta a empezar. La maldición de febrero está ahí, y yo me pregunto cómo puedo estudiarme diez temas sobre conductas adictivas para el día 12, si a lo único que estoy enganchada es a vosotras, mis preciosas palabras.

Nothing´s what it seems in New Orleans (Original 16-1-2009)


Carlota puso un pie en la escalerilla del avión, y la humedad pegajosa de Luisiana le golpeó el rostro.

Bienvenidos a New Orleans… la ciudad donde nada es lo que parece.

Arrancamos (12-1-2009)

Estrella de la mañana. Lucero del Alba. Guía mis pasos en tu oscuridad. Arráncame el alma a través de las yemas de los dedos, porque hoy, 12 de Enero, he escrito las primeras palabras, he puesto la primera piedra de tu palacio infernal. Hágase tu voluntad sobre mis manos. Y, por supuesto, arrástrame a la tentación.
Y tú, ¿caerás también?

Arde el cielo (Original 9-1-2009)


A alguien en el inframundo no le deben de parecer suficientes todas las veces que he caído ya en la tentación.


Por si no hubiera tenido bastante con Cazadores Oscuros, Cazadores de Sueños, Weres, Daimons, Hermanos de la Daga Negra y Carpatianos, lo he vuelto a hacer. Me he vuelto a enganchar. Ahora les llega el turno a una nueva familia de vampiros, los Darkyn, nacidos de la pluma de Lynn Viehl.


Y, en realidad, no sé por qué. Sólo he leído el primer libro de la serie, Arde el cielo, y los demás, aunque comprados sus derechos (creo) por Talismán, no tienen intención de ver la luz en un futuro próximo en España. Además de ese grave inconveniente, el final de la novela fue tan abrupto y aséptico que me dieron ganas de tirarla a la chimenea (si la tuviera). Las tramas secundarias son densas y agotadoras, más cuando los antecedentes no quedan del todo claros. La acción principal tampoco se salva de la quema: unas veces encandila, pero otras... aburre. Hay conflictos que quedan sin resolver y personajes (muchos) que sobran desde el principio.


Pero este libro tiene tres cosas no buenas, sino maravillosas, y por eso me declaro fan acérrima de esta serie mediocre a la que nunca podré poner punto y final:


1.- Una de las mejores protagonistas femeninas que me he encontrado en Romántica Paranormal. Alexandra es la neófita que tanto tiempo llevaba buscando: tiene un par de ovarios, un par de tetas y un par de colmillos, por ese orden, que no te van a dejar indiferente si la conoces. Por no hablar de su lengua, más afilada aún que los incisivos a los que protege.


2.- El tono tiene una sordidez y lugubriedad tales que lo único que puedes hacer ante ellos es rendirte a su belleza. Es un libro oscuro, de principio a fin, y no toda la penumbra se la llevan los que no ven la luz del día. Ése es uno de los grandes puntos a su favor. Es polémico, irreverente y sucio, pero cuando haces balance, te das cuenta de que en ningún momento escandaliza, falta al respeto o hiere. Me quito el sombrero ante la depravación casi poética.


3.- Probablemente, sean los vampiros mejor construidos desde los tiempos de Anne Rice (hay una influencia clara y se nota). En mi opinión, incluso, superan a la maestra: no hay ataúdes, ajos ni los manierismos afeminados de Drácula, Lestat y compañía. Pero muerden. Excitan. Tientan. Ríen. Y me encantan.

Nuevos talleres de La Máquina China (Original 8-1-2009)

1.- II Edición del Taller de Escritura de Novela Romántica

2.- I Edición del Taller Tutorial de Novela Romántica

El 2 de Febrero, la vuelta al cole...

miércoles, 11 de marzo de 2009

Año 1 d.C. (después de la Caída) (Original 3.1.2009)

Largo y penoso es el camino que desde el infierno conduce a la luz; fuerte es nuestra prisión [...]

John Milton, El paraíso perdido.

Todos los derechos reservados (Original 2-1-2009)

Cuatro palabras que estaban deseando ser escritas.

Feliz Año Nuevo (Original 1-1-2009)

Un brindis por todas las cosas buenas que ya se han ido y por las maravillosas que nos aguardan a la vuelta de la esquina. Bienvenido, 2009.

Nueva Orleáns (Original 29-12-2008)

Los balcones de las casas del Barrio Francés estaban engalanados con guirnaldas de colores, como collares pendiendo entre los senos de una exuberante mujer desnuda...

Faery -Primera Corrección (Original 27-12-2008)

Al fin Faery ha dejado de ser un proyecto en marcha y ya es una realidad. La primera corrección está lista desde el pasado día 23, así que, mientras reposa dos meses a la espera de un último vistazo, comienza el asedio editorial masivo.

Todos aquellos que os habéis ofrecido a leerla para ofrecerme vuestras críticas constructivas, ha llegado la hora de que actuéis ;). En unos días tendré listo un cuestionario con las dudas más acuciantes que me plantean las tramas, los personajes, etc., y entonces, sí que sí, os tomaré la palabra y os tocará tragaros mi nuevo tocho :P. Espero que, al menos, os resulte entretenido...

Feliz Navidad (Original 25-2-2008)

Érika Gael os desea Feliz Navidad a todos, y que todos vuestros sueños, literarios o no, se hagan realidad en el próximo año 2009.
Un beso!

La Noche está en ciernes... (Original 13-12-2008)

Hágase la oscuridad...

Autoengaño (versión reducida) (Original 12-12-2008)

Ejercicio práctico sobre expresión de afectos para ANIMACIÓN, SERVICIOS EDUCATIVOS Y TIEMPO LIBRE

13-9-2031
Querida Susana:

Te preguntarás por qué. Por qué te escribo, por qué ahora, por qué después de casi 50 años. O tal vez no, tal vez estés preguntándote solamente quién soy, quien es ese Pablo que firma estas líneas, y eso sólo me ayudaría a demostrarme a mí mismo lo que tanto me empeño en negar: me has olvidado.

Creo que no te puedes impaginar lo mucho que me defraudaría saber eso. Si te marqué de una forma tan pobre, sólo a mí puedo culpar, y la culpa y el retordimiento me atormentan.
Remordimiento por no haberme atrevido en cinco décadas a decirte que te quiero. Culpa, por haber tenido la oportunidad y ser tan cobarde como para no hacerlo.

Pasó en el colegio, la primera vez que te vi. Alzaste la mirada cuando ocupé el asiento junto a ti y me sonreíste. Ya entonces lo tuve claro. Pasó también durante aquel viaje, cuando disparé el flash hacia tu figura y te inmortalicé en mi memoria y en mi retina para siempre. Supe, el día de nuestra graduación, que ésa sería nuestra oportunidad definitiva. Mi único y fatal error fue descubrirlo demasiado tarde, cuando ya otro había puesto sus ojos sobre ti.

Nunca fui capaz.

Me dijeron después que te casaste y tuviste hijos: niños con el color de tus ojos y niñas con tu sonrisa. Con cada nueva vida que alumbrabas tú se iba marchitando poco a poco la mía, por no compartirla contigo.

Lo único que quiero es hacerte saber, antes de marcharme, que te quiero, y que siempre te he querido. Que mis días han sido un poco más oscuros de lo que había planeado al vivirlos sin ti, y que mis noches han sido un poco menos estrelladas por pasarlas en soledad.

Como verás, sigo careciendo del valor y la voluntad para decírtelo en persona, como en verdad mereces, pero pensé que, quizás, escribiéndote lo mucho que me has marcado sería suficiente. Me encanta engañarme a mí mismo.

Cuídate y sé feliz. Hazlo también por mí.

Pablo.

Crepúsculo - Crítica tras el preestreno (Original 5-12-2008)

Una película no es un libro. Nunca lo será. Es literalmente imposible condensar casi 500 páginas en 120 minutos, y más cuando por todo ese papel discurren ríos de emociones, anhelos, miedos, pensamientos y sensaciones.

Pero cuando una película es capaz de hacerte oler a Bella, tocar el frío de Edward y, lo más importante, ver aquellas cosas que el libro no te enseña, considero que el equipo que lo ha hecho posible puede estar orgulloso de su trabajo.


Si has leído “Crepúsculo”, no te arrepentirás de ir al cine. Vas a reconocer a los personajes antes que ellos se presenten, vas a agarrarte a los brazos del sillón cuando sabes lo que está por venir y quieres que llegue de una vez, vas a sentir ganas de aplaudir cuando identifiques cada emoción latente y vas a repetir de memoria, con una sonrisa, cada cita del guión.Si no has leído “Crepúsculo”, olvídalo. Ahórrate el dinero de la entrada porque no te vas a enterar de nada.


Una película nunca es un libro, ni creo que pretenda serlo. Pero siempre, salvo excepciones, es un magnífico complemento.


LO MEJOR:Simplemente, Edward. Podría enumerar todas y cada una de las escenas en las que sobresale, pero no terminaría hoy. Y, por extensión a Edward, el fantástico trabajo de preparación del personaje de Robert Pattinson. Conseguir ese movimiento de globos oculares (dorados, claro), esa crispación en las manos y naturalidad con esas posturas felinas no es tan fácil como parece (os lo dice alguien que sabe un poco de esto...)


LO PEOR: La escena del prado. Hay un antes y un después de esa escena en la película, y las dos me parecen estupendas. Ahora, la escena del prado, para hacerla así de mal, la podían haber enviado derecha a los extras del DVD.


LO MEJOR:La elección del reparto. Todos los personajes son tal y como los habías imaginado. También las localizaciones: la casa de Bella es la casa de Bella, la casa de los Cullen es la casa de los Cullen.


LO PEOR:¿Por qué los Cullen casi no salen?


LO MEJOR:Todo transcurre muy deprisa, pero la directora ha sabido echar el freno de mano cuando debía hacerlo: en el beso. Esa escena es impecable, tanto en la realización como en la interpretación.


LO PEOR:El tinte rico en agua oxigenada de Carlisle.


LO MEJOR:La banda sonora. Para quienes desconfiaban de la nana, podéis respirar tranquilos. Eso sí, Edward no la tararea (ooohhhh…).


LO PEOR:Los travellings continuos. Como si la acción no fuese suficientemente trepidante de por sí…


LO MEJOR:(No me puedo creer que vaya a decir esto) El doblaje de Kristen Stewart. Mucho mejor su voz en castellano que la original. (Leed con detenimiento, es probable que nunca más me oigáis decir estas palabras).


LO PEOR:Las camisetas del Bershka que lleva Victoria. El mal gusto del encargado de vestuario de Rachelle Lefevre roza la ilegalidad.


LO MEJOR:Las escenas de Port Angeles. Son mis favoritas en el libro y lo han sido también en la película.


LO PEOR: El cameo de Stephenie Meyer. Ya que se pasó por Forks, alguno de los Cullen podía haber aprovechado para estrangularla, desmembrarla y rociarla con gasoil. Es lo menos que se merece después del hachazo de “Amanecer”.


LO MEJOR:Que el actor que interpreta a Jacob resulta tan aversivo a la vista como su personaje. Y eso que me tocó una fan del maldito chucho al lado…


LO PEOR:Ese final de telefilme de Antena 3. Vale que en el libro tampoco estaba muy logrado, pero no hacía falta que lo embarraran más aún.


LO MEJOR:¿He hablado ya de Edward? ;-)


Sólo un apunte final: si alguien más piensa en la Simi de Acheron dando saltos de alegría y gritando: ¡Brillitos! ¡Me encantan los brillitos, akri! cuando Edward se expone al sol, que me lo diga. Si no es así, entenderé al fin que mi severo problema de acheronitis aguda se ha cronificado :-p.

Innncreíble (Original 1-12-2008)


Echando la vista atrás, recuerdo que hace unos meses me las vi y me las deseé para encontrar un mínimo de documentación acerca de la vida cotidiana de los celtas. En realidad, nunca llegué a encontrarla. La poca información fiable que obtuve tenía más que ver con guerras, batallitas y tumbas neopaganas, que con el modus vivendi de esta etnia. No un pueblo cualquiera, remoto y legendario, sino el que fundó los cimientos de nuestra propia tierra.


Pues bien, ayer me dediqué, como quien no quiere la cosa, a buscar en San Google documentación para mi nueva novela (os lo dije, os dije que no me iba a aguantar las ganas hasta terminar la corrección de Faery). Y cuál no sería mi soprpresa cuando encuentro el doble, el triple y hasta el cuádruple de información acerca de querubines, arcángeles y ángeles caídos, de los que nadie ha podido demostrar su existencia, que de todo un pueblo cuya realidad nos acompaña día a día y cuyos numerosos restos arqueológicos lo atestiguan.


En fin, supongo que tiene que ver con esa clase de bromas pesadas que de vez en cuando nos gasta la Historia. Ahora bien, esta es mi primera y última queja. No voy a protestar porque mis labores de documentación se hayan visto facilitadas, faltaría más...

martes, 10 de marzo de 2009

Próximamente (El retorno de Mente-cata) (Original 30-11-2008)

Lo siento, pero Carlota y David (Deivizzzz) ya me están quemando los dedos...

Conclusiones II Jornadas Novela Romántica (Original 28-11-2008)

Con un poco de retraso, pero aquí están ;). Gracias a La Máquina China y Heartmaker por elaborarlas, y a Autoras en la Sombra por darlas a conocer.

CONCLUSIÓN 1: La novela romántica, a pesar de que poco a poco va mejorando su posicionamiento en los canales de venta y promoción, sigue siendo un género marginado sobre el que aún pesa el estigma de infra-literatura.

CONCLUSIÓN 2: Sigue sin haberse escrito un artículo periodístico serio y documentado sobre el género; la novela romántica continúa tratándose como una anécdota curiosa envuelta en un paquete rosa.

CONCLUSIÓN 3: La evolución de las portadas hacia un modelo menos explícito, hapodido favorecer la dignificación del género. Ha habido unanimidad sobre el acierto de este tipo de portadas, alejadas del estereotipo de hace unos años.

CONCLUSIÓN 4: Indudablemente las webs especializadas en el género vehiculan hoy día las inquietudes de los lectores, favorecen enormemente la imagen del género y ayudan a su difusión. Son, al igual que sucede con el mercado norteamericano, en parte responsables del auge que en los últimos años está registrando la literatura romántica.

CONCLUSIÓN 5: Aunque poco a poco, la novela romántica se va posicionando en las bibliotecas públicas. Este avance se debe a la tarea de bibliotecarias amantes del género y a la demanda creciente de los usuarios que las solicitan.

CONCLUSIÓN 6: No podemos hablar de que aún exista una Nueva Narrativa Romántica Española, aunque esa es la tendencia; las lectoras cada vez son menos reticentes a las autoras locales, las editoriales empiezan a confiar quizá debido al ahorro de costes, el mercado está en plena creación. Es un momento apasionante y quien apueste sólidamente se hará líder de este mercado naciente.

CONCLUSIÓN 7: Es necesario que las nuevas autoras de romántica en lengua hispana se diferencien, creen nuevos modelos.

CONCLUSIÓN 8: Al igual que en otros géneros antes marginados, sería valioso que aparezcan autoras que sean capaces de trascender el género (como por ejemplo Manuel Vázquez Montalbán en el caso de la novela negra)

CONCLUSIÓN 9: No hay unanimidad sobre las ambientaciones locales; algunos lectores prefieren el exotismo y otros lo extraordinario de lo cercano. Esto puede confirmar la conclusión nº 6.

CONCLUSIÓN 10: No hay una justificación para la mala calidad de muchas traducciones que se están vendiendo en España. Esto mismo debe aplicarse a las correcciones. Esta es una de las quejas más usuales de las lectoras.

CONCLUSIÓN 11: Las sagas son otro de los motivos de discordia del lector. Sería una aportación muy valorada el hecho de que se editaran ordenadamente, o al menos que se identificaran con el puesto que ocupan dentro de una serie a la que pertenecen.

CONCLUSIÓN 12: Da la impresión de que no se están teniendo en cuenta los gustos de los lectores españoles, sino que las tendencias editoriales vienen a resaca de las del mercado americano. Esto puede llegar a crear una divergencia entre lo que el público desea y lo que las abundantes editoriales ahora existentes ofrecen.

CONCLUSIÓN 13: La información sobre qué desea el lector se puede localizar fácilmente en las webs especializadas.

CONCLUSIÓN 14: Hay unanimidad en lo adecuado se clasificar la novela erótica, ya que en la actualidad se está vendiendo novela erótica como romántica‐erótica; dos géneros que en absoluto tienen que ver. Una clasificación del nivel de erotismo (como ya hacen algunas editoriales), sería bien acogida por el lector.

CONCLUSIÓN 15: el lector sacrificaría gustoso la tapa dura por el bolsillo, ya que el lector habitual de romántica hace grandes gastos en libros.

CONCLUSIÓN 16: Es un género sujeto a modas. En la actualidad ésta se llama erótica y muchas editoriales apuestas por ella. Sería interesante ver apuestas más arriesgadas, en nuevos subgéneros, desconocidos. Otras voces.

CONCLUSIÓN 17: Es una clave de éxito del género la capacidad de multiplicarse en infinitos subgéneros teniendo todos en común una historia de amor. Esta esencia es la que no debe perderse.
CONCLUSIÓN 18: No hay unanimidad sobre la saturación del mercado por diversas autoras; las más consolidadas siguen teniendo lectores fieles. Las nuevas se miran con lupa, debido al precio de los libros.

CONCLUSIÓN 19: Aunque es una contradicción con la conclusión nº 16, debido al precio de los libros, las lectoras se lo piensan a la hora de experimentar con autoras desconocidas. Esta tendencia parece que solo se rompe con las autoras españolas, que empiezan a levantar curiosidad, quizá por simpatía.

CONCLUSIÓN 20: La respuesta a la pregunta del enunciado fue poco optimista; se percibe poco riesgo por parte de las editoriales y menos en época de crisis global. Posiblemente no haya novedades en cuanto a nuevos subgéneros, despegue de laNarrativa Romántica Española, etc., con respecto a este año.

Faery - THE END (Original 24-11-2008)


Ha sido un proceso largo, doloroso, pero también divertido, enriquecedor, productivo. Ha sido muchas cosas, pero lo que empezó con una pegadiza melodía en Febrero de 2008, se convirtió en el argumento para una novela en Mayo y puso el primer ladrillo a principios de Agosto, ha llegado ya al FIN.


Tras la emoción del momento (nunca había trabajado tanto en una novela, nunca había volcado mis propios sentimientos de una forma tan brutal sobre una y, por tanto, nunca me había emocionado de la forma en que lo he hecho hoy), llegó la pena. La pena por no poder seguir eternamente dándoles vida a unos personajes a los que he llegado a sentir como parte de mí, por tener que marcarle límites a una historia que, dadas sus características mágicas y fantásticas, no debería tenerlos. Y, además de la pena, llega la reflexión, un trabajo quizá más duro que el de escribir.


Los próximos meses, Faery estará bajo el ojo crítico de aquellas personas que se arriesguen a leerla a modo experimental y que quieran darme sus críticas constructivas. También estará bajo mi propia lupa, tal vez la más exigente de todas, y se remodelará, corregirá y releerá cientos de veces. Por último, permanecerá bajo llave en un cajón durante un tiempo más, reposando, como los buenos jamones hacen en las bodegas. Al papel, entonces, le esperan aún unas cuantas idas y venidas.


Xesa, Lugh, Quelo, Nuada, Eileen, Aedan, Casio, Leukón, Balor, Ethne, Uxentio, Terkinos, Stena, Durato, Kara, Augusto, Minerva, Wyn, Wen, Cornelio, Ausa, Bodo, Cado, Goibnyu, Olokino... Sé que me dejo a muchos pero, lógicamente, no puedo poner a todos los personajes. Sin embargo, todos seguirán vivos en mi corazón para siempre. Y, sobre todo, gracias a mis protagonistas, Xesa y Lugh, por enseñarme una forma diferente de vivir, y por enseñarme cosas de mí misma que ni siquiera sabía. Seréis mis niños siempre, pase lo que pase. Espero que os haya gustado el final que os he escrito y que seais felices por toda la eternidad. De verdad.


Y, fuera de mis extravagantes divagaciones literarias, a las que sé que estáis acostumbrados y ya no me llamáis loca (o sí que lo hacéis, pero ya no me afecta :P), gracias a todas las personas que han aguantado mis idas de pinza, mis paranoias, mis berrinches, mis pataletas, mis encierros en mí misma, mi trabajo absorbente, mis lecturas, relecturas y re-relecturas, mis chistes (con o sin gracia), mis lágrimas, mis risas, mi música inspiradora a volumen 100... Gracias por soportar el esfuerzo de meses con una sonrisa en la cara y una pregunta siempre en la boca: ¿Qué tal va tu novela? Han sido muchas las personas que se han interesado por ella, por el proceso de creación y por mis propios progresos al respecto, día a día, semana a semana. Sin vosotr@s, chic@s, Faery no sería hoy lo que es.


Finalmente, añadir una conclusión: ésta es la primera novela que escribo dentro del género romántico y, después de vivir la experiencia, sólo puedo reafirmarme en lo que ya sabía, pero a un nivel superior: hay algo en este género que te engancha, te mueve por dentro y por fuera, te enseña y a la vez te impide avanzar más allá de lo que quieres, lo que buscas, lo que sabes. He disfrutado como nunca lo había hecho escribiendo, al igual que disfruto como nunca lo había hecho leyendo. Bendigo al Círculo de Lectores por cruzarse en mi vida.

Dominación (Original 21-11-2008)


Dime cuántos latigazos estás dispuesto a recibir en pago a una fantasía.
Dime cuántas veces tendré que encadenarte a la cama.
Dime cuántos tirones de pelo me rogarás.
No me digas nada que no te haya pedido. Nada que yo no quiera oír.
Dime sólo lo que quiero escuchar.
Dime cuántas vueltas tendré que darle a la soga en torno a tus muñecas hasta que ronronees satisfecho.
Dime tu secreto más oscuro, y no protestes cuando te golpee por él.
Dime cuántas obscenidades puede soportar tu oído sin volverse loco de placer.
Dime otras tú.
Dime qué quieres hacerme y lo acabarás padeciendo en carne propia.
No me digas nunca que no estás disfrutando, los dos sabremos que no es verdad.
Dime cuántas respiraciones quedan para que las conviertas en gemidos.
Dime en cuántas ocasiones los ojos se te quedarán blancos bajo la venda.
Dime.
Cállate.
Lee Dominada por el deseo (Shayla Black, Ed. Phoebe
).

El día en que el portátil se formateó en mis narices... (Original 16-11-2008)

... y no pude hacer nada por evitarlo fue el pasado viernes, 14 de Noviembre de 2008. Ese día o, más bien, esa noche, a las 2:00 horas de la madrugada, vi cómo el trabajo de más de 5 meses se iba a la porra por un estúpido fallo técnico y por mi no menos estúpida mala costumbre de no hacer copias de seguridad de todo lo que guardo en el disco duro.
Sólo un archivo disponía de duplicado: Faery. Sólo Faery se salvó de la quema, aunque dicha copia llevaba sin actualizar desde el pasado 26 de Octubre y, por tanto, fueron casi 10.800 palabras las que perdí en el aquelarre del fin de semana. Pero, además de esos últimos capítulos del clímax, de los que tan orgullosa estaba, se fueron también por la borda, y quizás esto duele todavía más, toda la documentación acerca de celtas, romanos, astures y mitologías que había ido recopilando día a día, mes a mes; los cientos de imágenes de hadas, dioses y paisajes de Irlanda; las bases teóricas sobre las que asentaba mis conocimientos en la materia; los esbozos originales de una primera versión de la obra... Nunca podré recuperar todas esas horas de trabajo, todo ese material de primera que había logrado adquirir, ni todos los momentos de ilusión y esperanza que viví al hacerlo. Nada podrá devolvérmelos.
Pero, al menos, puedo dar las gracias al pequeño duende que, hace un mes, me sopló al oído: Haz una copia de Faery. Gracias, pequeño duende. Sin ti, a día de hoy Xesa y Lugh también serían cenizas y yo no tendría la cordura suficiente como para escribir estas líneas.
Si me estáis leyendo, niños del mundo: NO HAGÁIS ESTAS COSAS EN CASA O, AL MENOS, NO LAS HAGÁIS SIN COPIAS DE SEGURIDAD PREVIAS A LAS QUE AFERRAROS. Yo ya pagué la novatada. A Danu pongo por testigo, de que nunca me volverá a pasar.